POR GRECIA ORTIZ
gortiz@lahora.com.gt

Miles de niños guatemaltecos son vistos trabajando en las calles, incluso a altas horas de la noche en las calles de la ciudad capital, sin embargo esto no solo se trata de un caso de trata de personas ya que muchos de ellos lo hacen para llevar algún ingreso económico a sus familias. Según las autoridades, la mayoría de ellos proviene del occidente del país, de departamentos con mayoría indígena que viven en condiciones de pobreza y pobreza extrema. La otra cara de este problema es que obliga a muchos niños a desertar de la escuela y muchos ni siquiera han ingresado al sistema escolar.

EL CASO DE MARIO
*Mario tiene trece años, aunque aparenta menos edad. El menor se dedica a limpiar vidrios en un semáforo ubicado en la Calzada San Juan, en un arriate que puede resultar peligroso para su seguridad ya que los vehículos pasan a altas velocidades.

Lo acompaña *Luis, un niño de 7 años con una mochila al hombro. El mayor indica que son hermanos y que el último se dedica a hacer malabares mientras el tránsito se detiene, esperando que de algún vehículo alguien les entregue algunas monedas por las actividades que realizan.

Durante la conversación con La Hora Departamental, los menores indicaron que trabajaban en esto porque les gustaba y lo hacen todas las mañanas, así como fines de semana se les podía encontrar en ese lugar, pues aprovechaban el descanso que tenían para tratar de ganar algo de dinero.

«Nosotros venimos a este lugar porque aquí podemos ganar algo, es entretenido y como nos venimos juntos con mi hermano nos hacemos compañía, además los domingos vienen otros niños, ellos aprovechan que están de descanso y vienen de varios lugares», explicó el entrevistado, que reside en la Colonia El Milagro, zona 16 de Mixco.

Durante la entrevista, Mario detalló que por las tardes suelen asistir a clases. Viven con sus padres y ellos les dan permiso de hacer ese tipo de actividades pues les «gusta» y no los obligan. Cuenta además que desde pequeño aprendió a limpiar los vidrios de los vehículos.

Con una sonrisa en el rostro, pero con un semblante cansado relató que para retornar a su vivienda viajaba en bus junto a su pequeño hermano y que harán esto mientras les sea permitido, ya que no lo consideran peligroso.

No obstante, no todos los menores trabajan en las calles porque quieren. En una serie de entrevistas realizadas por El Refugio de la Niñez, a niños que se dedican a lustrar zapatos en la Terminal de la zona 4, se constató que los menores vienen del departamento de Quiché todos los lunes y durante la semana se quedan en casas tipo «palomares» en la zona 8. Luego retornan los viernes a sus viviendas en ese departamento.

Dos niños de los cinco entrevistados, indicaron que sí estudiaban mientras que los otros mencionaron que habían dejado de estudiar o que nunca habían recibido educación escolar. Otro de los aspectos relevantes de las entrevistas es que al menos 4 respondieron que viven junto a su papá.

ORIGEN DE LOS MENORES

Harold Flores, de la Procuraduría General de la Nación (PGN), explicó que detrás del último rescate de 26 niñas y 19 niños en un allanamiento realizado el pasado 7 de mayo, se llevó a cabo una investigación durante cuatro meses.

El tiempo que duró la investigación se debió a que para conocer en donde pernoctaban o donde acogían a los niños, se les tuvo que seguir y en varias ocasiones, los investigadores se trasladaron a la Terminal de las tres y media a cuatro de la mañana, siguiendo a los niños por la vía férrea, para ver a donde llegaban, explicó Flores.

El funcionario dijo que se constató que los menores retornaban a eso de las seis o siete de la noche caminando, en tanto también en varias ocasiones fueron trasladados a otros lugares.

Entre las actividades que realizaban estaban el pedir limosna, vestirse de payasos, hacer malabares y hacer de «niños robot», pintándose la piel de color plateado.

Según Flores, la mayoría son traídos de los departamentos del occidente, Huehuetenango, Quiché, Quetzaltenango y Sololá.

El funcionario agregó que incluso se ha visto que en esos departamentos a principios de año hay menores pidiendo dinero en las carreteras, e incluso algunos son acompañados por sus progenitores, por lo que habría que investigar los orígenes de la explotación.

El modo de operar de estas personas es a través de engaños, pues a los progenitores les indican que ganarán una determinada cantidad de dinero y que tendrán en donde estudiar y vivir, señaló el funcionario de la PGN.

Flores considera lamentable que los menores sean utilizados como un objeto, pues se pone a un niño de tres a cuatro años en la calle a pedir dinero.

«Si nosotros ponemos un niño de tres cuatro o cinco años en la calle a pedir dinero…los guatemaltecos somos muy sensibles y nos da lástima y lo primero que hacemos es darles dinero. Pero lamentablemente ese dinero no es para ellos sino que es para quienes los explotan», indicó.

A través de dictámenes psicológicos se determina que clase de violación a los derechos de los niños se está cometiendo, y de acuerdo con eso se procede a realizar algún tipo de acción con las instancias correspondientes.

NO TODOS SON VÍCTIMAS DE TRATA

Sin embargo, no a todos los menores rescatados se les considera como víctimas de trata. Sandra Gularte de la Defensoría contra la Trata de Personas de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), detalló que la trata con fines de explotación laboral es cuando al niño, niña o adolescente se le obliga a trabajar por horas extremas y que la ganancia de su trabajo les queda a terceras personas.

La delegada de la PDH informó que del último operativo donde fueron rescatados 45 menores, únicamente 22 eran posibles víctimas de trata de personas, porque ahí se encontraban también niños que acompañaban a sus papás a trabajar, pero también otros que sufrían maltratos.

Gularte dijo que en el rescate había varios menores de Quiché y Sololá y otros que vienen de Nahualá, una comunidad en donde considera se explota mucho a los niños. Añadió que en similar situación se encontraban los rescatados en la Avenida Bolívar el año pasado.

Varios de los menores no hablan español y son maya hablantes. Las personas que los obligaban a trabajar les exigían diariamente entre 100 a 200 quetzales y solo les daban unos 20 quetzales para su consumo.

En el caso de los rescatados el pasado 7 de mayo, la delegada de la PDH refirió que les exigían un aproximado de 300 quetzales diarios, que multiplicados por las 22 posibles víctimas de trata, ascenderían a más de Q184 mil mensuales.

Gularte resaltó que no hay muchos capturados durante los allanamientos, lo que puede indicar que existe una investigación débil o una fuga de información.

En tanto manifestó que deben existir estrategias de desarrollo social que deben ir dirigidas a las comunidades en donde se da más este problema, a fin de evitar la trata de personas.

La entrevistada considera que no solo basta con rescatar pues debe existir un compromiso y un seguimiento al cumplimiento de sus derechos, pues no sirve de nada sacarlos de las calles si dentro de quince días van a regresar a las mismas condiciones.

SIN DESARROLLO EN COMUNIDADES

Para Leonel Dubón director del Refugio de la Niñez, la intención de los rescates es buena pero no soluciona los problemas de fondo, ya que la raíz de esto podría ser a causa de falta de oportunidades en sus comunidades.

A medida que no exista una economía campesina, las personas deben buscar una alternativa y no se dan cuenta que ponen en riesgo a sus hijos, por lo que considera que el Estado también es cómplice de esta situación porque no genera opciones de desarrollo dijo Dubón.

El director del Refugio de la Niñez no considera los rescates una intervención de fondo pues se ataca parcialmente el problema y existe la impresión de que se criminaliza la pobreza y se hace un «show» de rescate. Las personas están ahí porque a veces no tienen para comer.

Es un problema más profundo que un simple operativo en donde los niños a los pocos días son regresados con sus familias bajo las mismas condiciones o peores de las que fue rescatado.

El defensor de la niñez indicó que la población indígena es la que tiene menores oportunidades de desarrollo, que es lo que genera una migración forzada y añadió que tampoco se han eliminado las peores formas del trabajo infantil.

Dentro de las soluciones Dubón dijo que es necesario cambiar el sistema pues las dos principales instituciones a favor de la niñez se encuentran obsoletas.

DESERCIÓN ESCOLAR

Ana María Hernández, analista en Educación de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), señala que más de un millón de menores de edad se encuentran fuera del sistema educativo a nivel nacional aunque la deserción se observa más en áreas rurales. Hernández refirió que las causas del trabajo infantil en las calles de la ciudad capital pueden ser por escasez de recursos económicos y la necesidad de trabajar.

Según Hernández, cuando los niños se van a trabajar y regresan a la escuela tienen fracaso escolar por lo que los padres deciden retirarlos de sus estudios. La analista enfatizó que del 100 por ciento que egresa de sexto primaria, únicamente el 48 por ciento continúa con sus estudios.

Miguel Ángel López, director de Comisión Nacional Contra el Maltrato y Abuso Sexual Infantil (Conacmi), dijo que según un censo de la Secretaría de Bienestar Social, realizado hace 8 años, al menos 5 mil menores que están en las calles eran objeto de explotación laboral.


RESCATES EN CIFRAS

En Hospedajes de Avenida Bolívar
de la zona 8
48 niños

En Tortillerías del municipio de Villa Canales
27 niñas
En la Universidad de San Carlos
9 niños
Fuente: PGN

Mercado La Terminal
zona 9
26 niñas y 19 niños
Fuente: PGN


MP
INVESTIGACIONES CONTINÚAN

Alexander Colop, Fiscal Contra la Trata de Personas del Ministerio Público (MP), indicó que las investigaciones para capturar a los presuntos responsables del último rescate están en proceso.

Colop destacó que también se analiza cuantos de los menores están por mendicidad o explotación y cuantos vendrían a trabajar por pobreza, pues un buen porcentaje viene a trabajar sobre todo por la migración interna, por la falta de oportunidades.

Según el fiscal no sería justo perseguir a la pobreza cuando la situación es familiar. Colop informó que han sido capturados un aproximado de 12 personas en rescates anteriores.

Artículo anteriorNetanyahu critica a Orange por planes de desvincularse de Israel
Artículo siguienteSUCESOS