POR MANUEL RODRÍGUEZ
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El reclamo de condiciones adecuadas para llevar a cabo las elecciones democráticas del próximo 6 de septiembre en el país, generó opiniones divididas en representantes de diferentes sectores de la sociedad guatemalteca, aunque coinciden en que antes de continuar con el actual proceso debe aprobarse la reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos como una forma de paliar la crisis y sanear el sistema en Guatemala.

Álvaro Pop, presidente del Organismo Indígena para la Planificación del Desarrollo -Naleb’-, expuso que la desconfianza ciudadana para emitir el voto es evidente durante el actual proceso electoral debido al mal papel de los gobernantes en los tres poderes del Estado durante los últimos años.

El analista independiente además explicó que para la contienda electoral, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) tiene el desafío de conseguir que ocho millones de guatemaltecos acudan a las urnas para emitir su sufragio el 6 de septiembre y elijan al futuro gobernante del período 2016-2020.

En ese sentido, Pop señaló que las actuales circunstancias no son las adecuadas para elegir a una nueva clase política capaz de reformar el Estado y lograr cambios en el sistema bajo criterios de legitimidad, transparencia y combate a la corrupción.

Asimismo, consideró fundamental que como sociedad se pacte una hoja de ruta para determinar qué es lo que se quiere lograr con las manifestaciones pacíficas de las recientes semanas y que las mismas desemboquen en un ahondamiento de la crisis de tal manera que se suspendan las elecciones por un tiempo indefinido y que alcance para aprobar las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos antes de los comicios.

Por su parte, Luis Chávez, politólogo del Instituto Centroamericano de Estudios Políticos -INCEP-, opinó que es necesario que se llegue a las elecciones porque ya el Tribunal Supremo Electoral hizo la convocatoria y para el sentido más sano de la democracia y la estabilidad del sistema político guatemalteco, es importante que se realicen en septiembre próximo.

No obstante, aclaró que Guatemala cuenta con un pésimo y débil sistema electoral y por eso es importante que se inicie con el diálogo para las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, para que se lleve a cabo con normalidad el proceso de elecciones.

En tanto, el director ejecutivo de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala -ODHAG-, Nery Rodenas, afirmó que no existen circunstancias para participar en la fiesta democrática, porque se da en medio de una crisis y la pérdida de credibilidad hacia la clase política de parte de la población.

Ante ello, señaló que lo más recomendable ahora es postergar la fecha de las elecciones porque existe demasiada inestabilidad y debilidad institucional y las ofertas y propuestas de los políticos tampoco llenan los requerimientos de un pueblo necesitado de transparencia en el manejo de los recursos y un combate frontal a la corrupción y la impunidad que impera en el Estado.

Luis Mack, analista de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), en cambio, expresó que aunque la situación del país no es la mejor, el principal inconveniente es que no hay ningún mecanismo dentro de la legislación nacional que permita suspender el proceso electoral, es decir, no hay una salida institucional para cancelar las elecciones, porque eso podría alterar los tiempos constitucionales y posicionar a la institucionalidad en una suerte de golpe de Estado técnico.

Por último, Jorge Briz, presidente del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas Comerciales, Industriales y Financieras -CACIF- también se sumó al llamado y dijo que en el país no hay condiciones para que se desarrolle un proceso electoral democrático, y por eso demandó reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, con miras a permitir la participación de diferentes sectores y garantizar la representación de la ciudadanía en los comicios.

_Nac3-1b«Es necesario también que renuncie el presidente Otto Pérez Molina».
Nery Rodenas
ODHAG

_Nac3_1c«Convocar a una Asamblea Nacional Constituyente sería un suicidio»
Luis Mack
FLACSO

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