POR CLAUDIA PALACIOS
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La cifra rebasa la de años anteriores, ya que en todo el 2013 solamente se sindicó a 183 personas por este delito y en el 2012 apenas fueron 68. Según Esquivel, el incremento en las sindicaciones se debe a que se han aumentado los procedimientos de requisas en los penales. Para esta fecha se han realizado un total de mil 665 inspecciones.
Esquivel añadió que el control sobre los ingresos al penal se ve dificultado por la sobrepoblación de dichos centros, ya que existen aproximadamente 18 mil personas privadas de libertad, aunque el sistema penitenciario solo tiene capacidad para seis mil.
De las 183 personas sindicadas, 25 son funcionarios públicos que ingresaron objetos ilícitos al penal, probablemente a cambio de dinero o bajo amenazas. Dentro de lo detectado se encuentran celulares, baterías de celulares, memorias SD, dinero en efectivo, objetos corto punzantes, y sustancias ilegales.
De acuerdo con investigaciones realizadas por el Ministerio Público, muchas veces son los familiares quienes a través de visitas conyugales o intercambios con los reos facilitan el ingreso. También, aunque escasos, hay constancia de casos en que son los abogados quienes ayudan a sus defendidos.
El último mes, la madre del supuesto narcotraficante Eduardo Villatoro Cano fue ligada a proceso por intentar ingresar una terminal móvil durante una visita al centro de prevención donde se encuentra detenida su hija y su nuera, ambas vinculadas a la estructura de Villatoro. El aparato había sido escondido por la sindicada en su sostén.
El ingreso de ilícitos facilita la comisión de delitos dentro de los penales. Según Julio Rivera Clavería, exviceministro de Gobernación, entre el 80 y 90 por ciento de las extorsiones salen desde adentro de las cárceles.
Para Elías Pumay, asesor de la Fuerza de Tarea contra Extorsiones, el tipo más común de extorsiones es realizado por personas que no pertenecen a estructuras criminales con capacidad de operación, es decir, que solo utilizan el poder intimidatorio para lograr su propósito, sin realmente poder causar daño alguno a sus víctimas, probablemente porque están recluidas.
Por otro lado, están las extorsiones complejas, las cuales son realizadas por personas que sí pueden ocasionar daño si no se cumplen sus órdenes. Dentro de éstas podrían ubicarse las extorsiones al transporte público, las cuales en un 90 por ciento son realizadas por las pandillas.