Varios países latinoamericanos iniciaron esta semana labores de ayuda para evacuar a sus nacionales en Ucrania. La mayoría salen por tierra hacia Polonia o Rumanía. Una de esas naciones fue México, que envió a la capital rumana un avión de la Fuerzas Armadas en el que retornará un grupo de mexicanos y posiblemente algún ciudadano de algún otro país de la región, indicaron autoridades.
Con la capital ucraniana sitiada y las carreteras cerradas, la salida del país es un proceso complejo que se dificulta aún más en el caso de familias mixtas dado que el gobierno de Ucrania ha llamado a filas a todos los hombres adultos para hacer frente a la invasión rusa.
A las mujeres o los niños los “dejan pasar rápido, pero a todos los varones, a los hombres en edad de combatir se les complica más la salida”, explicó Daniel Millán, jefe de la oficina del canciller mexicano, a los periodistas que viajaban con la delegación militar-diplomática.
Los extranjeros empezaron a movilizarse hace días para salir de las regiones bajo fuego ruso y moverse hacia ciudades del suroeste de Ucrania. Muchos se trasladaron en caravanas coordinadas por autoridades diplomáticas, otros en vehículos particulares.
Quince países latinoamericanos ya habían pedido al gobierno ucraniano mediante una carta que permitiera la salida de sus nacionales y sus familias “mediante instrucciones precisas a las autoridades regionales, locales y de migración localizadas en las zonas de frontera», indicó la cancillería colombiana el sábado.
Ecuador, según sus últimas cifras oficiales, ya tiene más de 380 connacionales fuera de Ucrania de los 700 que tenía registrados en ese país. La mayoría ha huido por la frontera con Polonia.
El gobierno colombiano informó el domingo que 76 colombianos ya estaban fuera de peligro y su embajada en Varsovia los ha trasladado a albergues en ese país.
Polonia también ha sido el destino de muchos argentinos. Según la directora general de Asuntos Consulares de la cancillería de ese país, Ana Laura Cachaza, el lunes ya eran 40 los evacuados. “Hasta hoy teníamos 32 entre argentinos con sus familias ucranianas, un paraguayo y un chileno. Hoy se agregan ocho más, cinco jóvenes que estaban transitoriamente en Ucrania más tres periodistas argentinos que pidieron asistencia para salir y se sumaron”, dijo.
Está previsto que otros 40 extranjeros —en este caso brasileños, entre los que hay miembros de un equipo de fútbol— lleguen a Sao Paulo el martes después de haber pedido ayuda a las autoridades de su país, mientras que Perú también preparaba evacuaciones aéreas de sus ciudadanos.
Daniel Millán explicó que, en el caso mexicano, lo primero fue poner en regla todos los documentos, luego moverlos a ciudades fronterizas y por último asistir en los cruces, pero el lunes la cancillería todavía no sabía con exactitud cuantas personas embarcarán en el avión militar que les espera en Bucarest, la capital de rumana. Se esperan varias decenas.
No obstante, recordó que lo prioritario era la seguridad e hizo un llamamiento al casi centenar de mexicanos que siguen en la zona de conflicto para que “traten de encontrar un lugar seguro” donde pasar estos días porque en el momento que haya una tregua o se den las condiciones para sacarlos, se les evacuará ya que la embajadora mexicana sigue trabajando desde los sótanos de la embajada en Kiev.
Todos estos extranjeros son solo una gota en el océano de personas que huyen de la guerra en auto, en tren o a pie tratando de llegar a países vecinos —Polonia, Rumanía, Hungría, Moldavia y Eslovaquia— y más allá también.
Naciones Unidas calcula que el conflicto ya generó cuatro millones de refugiados con “consecuencias humanitarias devastadoras”.