Los manifestantes que bloquean el paso fronterizo más transitado entre Estados Unidos y Canadá se mantenían desafiantes el sábado, a pesar de las nuevas advertencias de las autoridades canadienses, de que pondrán fin a la protesta que ha interrumpido el flujo de mercancías entre los dos países y ha obligado a la industria automovilística de ambos lados a reducir su producción.
No estaba claro de momento cuándo podrían llegar las fuerzas de seguridad para desalojar a los manifestantes, que protestan contra los mandatos y las restricciones de Canadá para frenar los contagios de COVID-19, o si lo harían. También existe una explosión de furia contra el primer ministro Justin Trudeau.
Una veintena de manifestantes permanecían en el exterior a primera hora del sábado, mientras que otros permanecían dentro de sus camionetas y otros vehículos. Un juez ordenó el viernes a los manifestantes en el puente Ambassador, sobre la frontera entre Estados Unidos y Canadá, que pusieran fin al bloqueo, que el sábado entró en un sexto día.
El viernes, el primer ministro de la provincia canadiense de Ontario, Doug Ford, declaró estado de emergencia en respuesta a los bloqueos. Con la orden de Ford, el gobierno provincial estará en posición de imponer multas de 100.000 dólares y penas de hasta un año de cárcel contra quienes impidan ilegalmente el libre flujo de productos y personas a través de carreteras, puentes, caminos y otras infraestructuras críticas.
El magistrado presidente Geoffrey Morawetz, de la Corte Superior de Ontario, emitió una orden a los manifestantes de que se retiraran a partir de las 7 p.m. del viernes. Sin embargo, el plazo se cumplió y nada pasó.
La policía de Windsor advirtió de inmediato que cualquier persona que bloquee las calles podría ser detenida y que sus vehículos podrían ser incautados.
La noticia fue recibida de manera desafiante por los manifestantes.
En el puente Ambassador, una persona no identificada tomó un micrófono y se dirigió a ellos, preguntándoles si querían quedarse o marcharse cuando se cumpliera el plazo. Con un despliegue de aplausos, se acordó que se quedarían. “Muy bien”, dijo el hombre. “Mantengámonos firmes”. Los manifestantes respondieron cantando el himno nacional canadiense.
Más tarde, la multitud creció en tamaño e intensidad, agitando banderas y coreando repetidas veces “libertad”. En los alrededores del lugar se desplazaron más patrullas y la policía repartió folletos en los que se advertía que a medianoche entraría en vigor el estado de excepción.
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— Diario La Hora (@lahoragt) February 12, 2022
Desde el lunes, los conductores, en su mayoría en camionetas pickup, han bloqueado el puente que conecta Windsor con Detroit. Otros cientos de camioneros han paralizado el centro de Ottawa en las últimas dos semanas. Reinaba un ambiente de fiesta allí el viernes por la noche, cuando incluso montaron un escenario para un concierto.
Adicionalmente, los manifestantes bloquean otros dos pasos fronterizos, en Alberta y Manitoba.
El puente Ambassador es el cruce fronterizo de mayor actividad entre Estados Unidos y Canadá, por el que circula el 25% de todo el comercio entre los dos países. El bloqueo sucede en un momento en que la industria automotriz ya batallaba para mantener la producción ante una escasez de microchips y otras alteraciones de la cadena de distribución causadas por la pandemia de coronavirus.
Trudeau calificó la decisión de Ontario de “responsable y necesaria” y dijo que habló al respecto con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Dijo que él y Biden acordaron que “por la seguridad de las personas y la economía, estos bloqueos no pueden continuar”.
Trudeau dijo entender que los manifestantes están frustrados por la pandemia, pero agregó que “estos bloqueos están perjudicando a las familias comunes, trabajadores de plantas de ensamblaje de automóviles, agricultores, camioneros y obreros canadienses”.