Edith González
«No puedo admitir la violencia ni siquiera contra la violencia.» Roger Martin Du Gard.
“Hay un matado” se corrió la voz en el pueblo… y en verdad era una novedad, pero ahora es novedad que no haya crímenes.
Guatemala reporta aumento de homicidios después de 12 años de ir en descenso según el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) que dio a conocer las estadísticas correspondientes a las causas de muertes violentas en Guatemala. Según el informe, las heridas provocadas por proyectil de arma de fuego continúan siendo el principal factor que las genera. Esto refleja que durante junio del año anterior fueron reportadas 265 muertes.
El director del Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), Mario Polanco, explicó –en una rueda de prensa virtual– que entre enero y mayo pasado fueron asesinadas 1,609 personas en Guatemala, cifra superior en 297 víctimas a los homicidios registrados en los primeros 5 meses de 2020.
La tasa de muertes violentas por cada 100,000 habitantes mantiene la tendencia a la baja mostrada durante la década anterior, alcanzando al cierre de 2019 una tasa de 21.5, la más baja del período, y acercándose al promedio latinoamericano (20.1), y superando la meta de la Política General de Gobierno 2016-2020: alcanzar una tasa de 23.5 para 2019.
En la siguiente retrospectiva 2019 a 2010 se observa la evolución de la incidencia de muertes violentas con una caracterización de las víctimas por edad y sexo.
Desde el año 2010 la tasa de muertes violentas ha tenido una tendencia sostenida a la baja, reduciéndose aproximadamente a la mitad del 41.8 de 2010 al 21.5 en 2019, una baja de 20.1 puntos.
Casi la mitad de las víctimas de muertes violentas en 2019 fueron entre 18 y 30 años. La tasa de muertes violentas de este rango de edad es de 41.2, un poco menos del doble de la tasa nacional.
En 2019, aproximadamente, 85 de cada 100 víctimas de muertes violentas fueron hombres. Las muertes violentas de hombres disminuyeron un 8.7% respecto a 2018.
Las muertes violentas de mujeres representan el 15.4% del total de víctimas mortales del 2019, y disminuyeron solamente 3.2% con respecto al 2018. La proporción de mujeres víctimas con respecto al total ha ido en aumento desde 2012 que marcaba el 11.1 % hasta el 15.4% de 2019.
Conociendo las dolorosas estadísticas de la muerte violenta en Guatemala, nos preguntamos si a las personas que solicitan licencia para portar armas, son investigadas previamente y se establecen mecanismos para negar la portación de armas cuando no se cumple con los requisitos.
Igualmente, no se mantiene una vigilancia constante de quienes están autorizados para portar armas de fuego. Se les entrega la licencia y nunca más se sabe de ellos.
En el principio de este año, en la capital, hemos conocido la muerte de tres menores de 4 años, muertos en incidentes armados en contra de sus padres. Pasado los días ya no se supo si hubo capturas, pero es seguro que no y los asesinos siguen los sábados compartiendo en bares y disparando al aire.
Tener una arma de fuego en casa, es tener una bomba de tiempo.