El sacerdote Édgar del Cid ha mostrado su postura política en redes sociales. Foto: Cortesía

Aunque se define como un simple cura de pueblo, el sacerdote Édgar del Cid, es sin duda un religioso popular en tuiter. Tiene un poco más de 12 mil seguidores.

Sus comentarios políticos cuestionan con frecuencia a las élites empresariales, hecho que lo convierte en un personaje aguerrido, que se sale del común denominador desde su espacio religioso. Sin embargo, como él mismo dice, su postura o exigir justicia surge del mismo evangelio, no necesariamente de una base ideológica o de la Teología de la Liberación.

Oriundo de Taxisco, Santa Rosa, desde hace 10 años atiende la parroquia del municipio de Nueva Concepción, Escuintla, en donde ha impulsado una serie de proyectos de beneficio para los pobladores. En la siguiente conversación, el padre Édgar, como se le conoce, nos comparte parte de su vida, de su postura política, además de plantear la necesidad de una renovación a lo interno de la Iglesia Católica.

 

¿De dónde surge esta postura política crítica?

Predico a diario el Evangelio y las enseñanzas de Jesús van en esa línea: exigir justicia y la opción preferencial por los pobres. Esta es una opción evangélica, no de la iglesia latinoamericana.

El Señor Jesús siempre se enfrentó con los grandes y poderosos de su tiempo al ver cómo, por culpa de ellos, la gente más humilde de Israel pasaba dificultades. Cuando Herodes quería ver a Jesús, les responde: “Vayan y díganle a ese zorro”. O sea, no solo es la figura del buen pastor sino también el señor del látigo. De allí brota mi sentido crítico.

Me formé en el Seminario Menor a fines de los años 1980. Viví el proceso de paz, luego la experiencia de la democracia. En el Seminario todavía existía una influencia de la Teología de la Liberación. Dicen que está prohibida, pero no es cierto; aunque tampoco sigo esta línea.

Hice mis estudios superiores en la Universidad de Navarra, España, del Opus Dei; me mandó mi obispo para que me moderara. Mi tesis fue sobre las enseñanzas de monseñor, San Óscar Romero, un maestro en mi vida espiritual y pastoral que me sigue inspirando.

 

¿Cómo se inicia en el sacerdocio?

En el seminario, también llamado Comunidad Vocacional, éramos solo cuatro muchachos de Escuintla. Luego me trasladé al Seminario de la Asunción, en la capital. Allí se imparten dos carreras antes de la ordenación: Filosofía, a cargo de la Universidad Rafael Landívar, por eso tiene un toque jesuita y la Teología, de base diocesana, con catedráticos formados en su mayoría en Roma, Italia. Soy diocesano. El 24 de enero cumpliré 24 años de servicio sacerdotal.

Su postura política no necesariamente va en la línea de los obispos. ¿Considera que la Iglesia católica es una institución heterogénea? ¿Hay fisuras en su interior?

Más que hablar de una fisura o heterogeneidad, el Papa Francisco habla de sinodalidad, es decir una iglesia en donde todos tenemos voz, todos tenemos derecho de opinar y ser escuchados. Mi postura en Twitter no contradecía los comunicados de los obispos, aunque el obispo de Escuintla (Víctor Hugo Palma) me llamó para preguntar sobre mi postura.

Su postura es a favor de la renuncia del presidente Alejandro Giammattei y de la Fiscal General, Consuelo Porras

Su postura es a favor de la renuncia del presidente Alejandro Giammattei y de la Fiscal General, Consuelo Porras. Foto: La Hora

Tan solo ocho días después de que asumió el Presidente he estado a favor de su renuncia. Es un gobierno nefasto, igualmente, a la Fiscal General la considero una persona dañina para la justicia. En el segundo comunicado, la Conferencia Episcopal pedía a la Fiscal que decidiera lo mejor para Guatemala, lo que considero era una insinuación a su renuncia, pero más cautelosa.

Como tuitero, ¿cuál ha sido la dinámica de sus opiniones?

El tuit que generó más rechazo fue cuando manifesté mi postura en relación con el aborto, que defino como un asesinato. Me trajo una avalancha de críticas de mis seguidores, muchos me dejaron de seguir y me insultaron; los netcenters que no buscan más que ofender, solo los bloqueo por salud mental.

En general, los tuits son bien recibidos por la mayoría. Ha sido enriquecedor para fortalecer mi análisis de la realidad, a partir de compartir ideas de las personas con quienes interactúo.

El periodista Haroldo Sánchez opinó en una ocasión que pareciera que algunos obispos viven en el cielo ¿Considera que la Conferencia Episcopal debería tener una postura más crítica ante la corrupción e impunidad en el país?

 

Pienso que sí. En lo personal, me duele profundamente el silencio de los señores obispos. Deberían pronunciarse en forma más directa sobre la situación que atraviesa el país. Les cuestiono ¿Por qué guardan silencio cuando el país se cae a pedazos y esperamos una palabra iluminadora, un camino a seguir de ustedes que son nuestros pastores? Pero ellos son cautelosos y no quieren meterse en dificultades. Respeto su decisión, pero esperaría una Conferencia Episcopal con un sentido más profético y crítico de la realidad.

Añoramos la Conferencia Episcopal de los años 1980, con monseñor Juan Gerardi, Gerardo Flores, Jorge Mario Ávila del Águila, fueron lumbreras que nos iluminaron en momentos críticos de nuestra historia.

Eso hace falta ahora en la Iglesia. No me siento perseguido, ni coartado por los obispos; me siento apoyado y respaldado, pero espero algo. Yo solo soy un cura de pueblo, ellos son los obispos y su palabra pesa.

¿Cuál es su postura respecto a que la Iglesia Católica debería renovarse en pleno siglo XXI, ante tanta división de creencias?

El Papa Francisco ha impulsado una renovación en la Iglesia Católica. Ciertamente, se ha encontrado con mucha resistencia, pues dentro de la institución hay grupos conservadores, pero también estamos los que buscamos el cambio.

En estos días, su Santidad presentó un nuevo ritual para instruir a los catequistas como ministros de Iglesia; al día siguiente, un ritual para instituir a las mujeres como lectoras y acólitas. Antes eso no se permitía, ahora es oficial.

Édgar del Cid desde hace 10 años atiende la parroquia del municipio de Nueva Concepción, Escuintla. Foto: Cortesía

 

¿Hay más o menos vocaciones sacerdotales?

En Guatemala, gracias a Dios las vocaciones aumentan. Los seminarios están en su máxima capacidad. Cuando yo ingresé, éramos dos y solo yo me ordené. Este año que viene entran 16 por Escuintla. Por ejemplo, Sololá es una diócesis con muchas ordenaciones sacerdotales cada año, en cambio Huehuetenango tiene menos. Creo que responde a la dinámica pastoral vocacional.

En Jalapa, donde estoy colaborando, tienen su propio seminario, el cual requiere hasta 8 años de estudio. A pesar de que no todos culminan, cada año envían de 12 a 15 seminaristas y ordenan de 5 a 6 aspirantes.

Sin embargo, en el mundo vemos iglesias vacías. Ciertamente, responde a una serie de desaciertos, como aferrarse a un esquema de Iglesia del pasado, de no meterse en el mundo. Realmente la misión de Jesús es ir y enseñar el Evangelio a todos, tenemos que asumir esa tarea; la iglesia se enclaustró y aquí en Guatemala no podemos permitirnos una iglesia enclaustrada. Debemos salir a la calle, como lo pide el Papa Francisco.

 

¿Cree que la Iglesia puede ser un factor de cambio al manifestar cierta postura, o asumir ciertos roles?

Nuestra misión es evangelizar y crear conciencia desde el Evangelio. No podemos asumir actitudes paternalistas, sino iluminar desde la realidad. El Evangelio tiene que ser como el Sol, ilumina lo bello, pero también descubre lo malo, lo sucio y lo que debe cambiar.

Como sacerdotes no desempeñamos bien nuestra misión sino hablamos claro a quien está en pecado. Alguien me criticaba por el tuit del Cacif, que fue muy duro. Le respondí que no voy a hacer ningún favor hablando dulzuras, para que ellos recapaciten, corrijan y se conviertan de sus pecados. No cumpliría mi misión, sino les digo lo que están haciendo mal.

Este Evangelio vivo, ¿cómo la traslada a su comunidad?

Cuando vine en 2011 me di cuenta que Nueva Concepción es un municipio muy grande, se dividió en dos para que fuera atendido con una segunda parroquia. Una de las problemáticas que llevaba en mi corazón era el río Madre Vieja, muy caudaloso que atraviesa el pueblo, pero no llegaba al mar, sino se convertía en un desierto de arena. El cauce era desviado a lo largo de las fincas de caña de azúcar y palma africana.

Entonces, en compañía del alcalde de ese tiempo, Otto Lima, fuimos a destapar las tomas de agua para liberar el río. Fue conmovedor ir con la gente con palas y azadones para deshacer las bordas y dejar correr el río en su cauce natural. A raíz de eso se hizo una mesa de diálogo con los dueños de los ingenios y de palma africana (con ellos costó más). Al final, pidieron perdón. Desde entonces, dosifican el uso del agua y tenemos una política de buenos vecinos y han demostrado buenas intenciones. Ahora cada vez que paso por la playa y veo el bosque de mangle recuperado, pienso que la lucha valió la pena.

Édgar del Cid indicó ¨Nuestra misión es evangelizar y crear conciencia desde el Evangelio. No podemos asumir actitudes paternalista¨. Foto: Cortesía

La Navidad se acerca, ¿cuál sería la esencia de su mensaje en estas fechas?

Debemos volver al nacimiento de Jesús, verlo como el más pobre entre los pobres, a la Virgen María como una mujer cuya dignidad no fue respetada, a pesar de que estaba a punto de dar a luz. Ver a San José como un hombre desesperado por dar lo mejor a su familia.

También ver en el nacimiento del niño Jesús los terribles dramas que atravesamos como país actualmente. A pesar de ese dolor que encierra la Sagrada Familia, la Navidad siempre trae un mensaje de paz, esto debe alentarnos a seguir luchando para superar esos males que vemos reflejados en la Sagrada Familia y también en nuestra sociedad.

 

¡Les deseo una Feliz Navidad y que el Niño Jesús nos motive a todos a luchar por una Guatemala distinta!

Frase: “Como sacerdotes no desempeñamos bien nuestra misión sino hablamos claro a quien está en pecado. Alguien me criticaba por el tuit del CACIF, que fue muy duro, le respondí que no voy a hacer ningún favor hablando dulzuras, para que ellos recapaciten, corrijan y se conviertan de sus pecados. No cumpliría mi misión, sino les digo lo que están haciendo mal”.

Frase: “El Evangelio tiene que ser como el Sol, ilumina lo bello, pero también descubre lo malo, lo sucio y lo que debe cambiar”.

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