Las acciones que cotizan en la Bolsa de Valores de Nueva York incrementaron el lunes las pérdidas que han sufrido recientemente, uniéndose a una caída mundial de los mercados financieros en medio de preocupaciones en torno a qué tan intenso será el impacto de la variante ómicron, de la inflación y de otras fuerzas sobre la economía.
El S&P 500 cayó 1,1%, su tercer descenso consecutivo, luego de desplomes similares en Europa y Asia. Las acciones de los productores de petróleo estuvieron entre las que encabezaron la caída después que el precio del crudo estadounidense perdiera 3,7% por el temor de que la nueva variante del coronavirus pueda hacer que las fábricas, los aviones y los automovilistas consuman menos combustible.
La variante ómicron quizá sea la fuerza más atemorizante que está azotando a los mercados, pero no es la única. Un programa de gasto de 2 billones de dólares propuesto por el gobierno estadounidense recibió un golpe el fin de semana que podría resultar letal, cuando el influyente senador demócrata Joe Manchin dijo que no lo respaldaría. Los mercados también continúan procesando la trascendental decisión de la Reserva Federal de la semana pasada de retirar más rápidamente la ayuda que le está dando a la economía, debido a la creciente inflación.
Todo eso se combinó para arrastrar 52,62 puntos al S&P 500, que finalizó en 4.568,02. El índice Dow Jones cayó 433,28 unidades, o 1,2%, para ubicarse en 34.932,16. El compuesto Nasdaq perdió 188,74 puntos, o 1,2%, y finalizó en 14.980,94.
El rendimiento del bono del Tesoro a 10 años subió ligeramente de 1,40% a 1,42%.
Las acciones de empresas más pequeñas tuvieron peor desempeño que el resto del mercado. El índice Russell 2000 cayó 34,06 puntos, o 1,6%, a 2.139,87. En los mercados internacionales, el DAX de Alemania bajó 1,9% y el Nikkei 225 de Japón descendió 2,1%.
“La variante ómicron amenaza con ser el Grinch que se robó la Navidad”, señaló Vishnu Varathan del Banco Mizuho en un reporte. El mercado “prefiere la seguridad que las sorpresas desagradables”.
Debido a que los casos de COVID-19 están incrementándose de nuevo, los gobernantes de diversos países sopesan volver a implementar restricciones a los negocios y a la interacción social, a pesar de que mucha gente parece estar harta de ellas.
El gobierno holandés puso en vigor un duro confinamiento nacional el domingo, y un funcionario británico dijo que no podía garantizar que no se anunciarán nuevas restricciones esta semana. El Museo de Historia Natural, uno de los principales atractivos de Londres, informó el lunes que cerrará durante una semana debido a “escasez de personal de atención al público”.