Fernando Mollinedo

mocajofer@gmail.com

Guatemalteco, Maestro de educación primaria, Profesor de segunda enseñanza, Periodista miembro de la Asociación de Periodistas de Guatemala, realizó estudios de leyes en la Universidad de San Carlos de Guatemala y de Historia en la Universidad Francisco Marroquín; columnista de Diario La Hora durante 26 años, aborda en sus temas aspectos históricos, educativos y de seguridad ciudadana. Su trabajo se distingue por manejar la palabra sencilla y coloquial, dando al lector la oportunidad de comprender de modo sencillo el universo que nos rodea. Analiza los difíciles problemas del país, con un criterio otorgado por su larga trayectoria.

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Fernando Mollinedo C.

El deterioro relativo del nivel educativo en Guatemala es constante desde hace unos treinta años; los maestros de educación primaria que obtuvieron una plaza como docentes por el simple hecho de ser afiliados a un partido político, es decir, al politizarse se perdió el sentido de la formalidad y obligatoriedad de cumplimiento de la enseñanza.

El partido político Democracia Cristiana con todo y sus garrafales errores políticos y económicos, fue el último en poner en práctica una política educativa a largo plazo; las demás organizaciones políticas que ejercieron el gobierno del país hasta hoy, se han dedicado a copiar los supuestos avances de otros países como Colombia y México, sin embargo, el sistema educativo en Guatemala al poseer una idiosincrasia diferente no logró su objetivo pedagógico.

La incapacidad investigativa del maestro como tal, contribuye de forma directa al estancamiento del proceso educativo, manteniendo a la población estudiantil en un estado de aprendizaje obsoleto, lento y aburrido por ser el mismo que los docentes aprendieron hace 15, 20 o 30 años durante su formación como maestros de educación primaria urbana o rural. En pocas palabras, la función docente se convirtió en una simple transferencia de conocimientos en forma repetitiva, sin análisis, sin discusión, sin interés, es decir que no se enseña a los alumnos a pensar, investigar, no hay laboratorios de ciencias naturales en escuelas primarias.

Las autoridades gubernamentales cada cuatro años, sueñan con que su gestión educativa sea mejor que las anteriores y nombra personas incapaces como ministros/as, viceministros/as, aunque tengan doctorados en educación a psicólogos, administradores de empresas, ingenieras en sistemas de computación, abogados que no tienen el conocimiento ni capacidad de entender, de haber vivido el proceso de la enseñanza en vivo y a todo color con todo lo que significa haber ejercido la docencia directa en escuelas públicas, lo que equivale a no conocer a la comunidad educativa ni el sistema escolar en Guatemala.

Maestros de educación primaria rural dirigiendo departamentos de enseñanza técnica, maestros de educación primaria nombrados como supervisores educativos desempeñando funciones administrativas, PERO NUNCA PEDAGÓGICAS; porque, ¿cuándo ha visto usted a un supervisor educativo acercarse al aula de un maestro o catedrático para aconsejar, modificar o dar a conocer nuevas tendencias o teorías pedagógicas? Sólo sirven como policías vigilantes de horarios de entrada y salida del personal, poniéndose de acuerdo para extorsionar a los maestros por contrato, directores de primaria, ciclo básico y diversificado que no tienen idea de lo que significa la administración y desconocen por completo las leyes educativas.

Catedráticos sin experiencia administrativa nombrados como directores departamentales de educación, asesores jurídicos actuando como si fueran jueces de Paz, secretarias comerciales dirigiendo secciones o departamentos que requieren de un conocimiento pedagógico o administrativo, en fin, ese es el sistema educativo en Guatemala. En manos de quién estamos.

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