Las restricciones a los viajes impuestas para frenar la trasmisión de la variante ómicron del coronavirus golpean la ya acosada industria del turismo y los viajes, augurando una Europa sombría en medio de la temporada crucial de las vacaciones navideñas.
Hay muchos aspectos desconocidos de la nueva variante, aunque las pruebas crecientes indican que se trasmite más fácilmente. Mientras los científicos se apresuran a investigar qué tan grave es y la eficacia de las vacunas contra ella, la incertidumbre misma provoca cambios en los planes.
Amanda Wheelock, una estudiante de posgrado en la Universidad de Michigan, canceló un viaje a Francia con su pareja ante la ola de casos en el país. Aunque no existe certeza de que se deba a la ómicron, la incertidumbre sobre la nueva variante y el requisito de que los viajeros estadounidenses deben dar negativo en una prueba diagnóstica antes de regresar al país le hizo temer un viaje más estresante que divertido.
“Unas vacaciones con mucho estrés no son muy buenas vacaciones”, dijo Wheelock, de 29 años.
No es la única que piensa así. El Advantage Travel Group, que representa a unos 350 agentes de viajes de Reino Unido, dijo que los viajes disminuyeron en un 40% a mediados de diciembre comparado con el mes anterior. Las cifras, que incluyen reservas de vuelos, cruceros y vacaciones combinadas, se suman a la depresión del sector, cuyos negocios se redujeron en dos tercios desde el inicio de la pandemia, dijo la directora ejecutiva Julia Lo Bue-Said.
“Nuestros miembros tratan con clientes que están realmente nerviosos”, afirmó. “Temen hacer reservas para el Año Nuevo debido al riesgo de que el gobierno tome medidas por reflejo”.
Gran Bretaña está pasando por una de las olas más dramáticas, para desgracia de pubs y restaurantes que han debido cancelar todas las fiestas en los días previos a la Navidad. El secretario del Tesoro, Rishi Sunak, se reunió el jueves con representantes del sector para conocer sus inquietudes acerca de cómo sobrevivir a una nueva temporada con caída brusca de ingresos.
La cámara de viajes Abta dijo que merecía el mismo trato del gobierno. Exigió una “reunión urgente” con Sunak y el secretario de Trasportes, Mark Shapps, para analizar la “situación financiera actual y la necesidad apremiante de apoyo financiero” para el sector.
“El gobierno ha reconocido la mala situación del sector hotelero, con la caída de los negocios del 40% en diciembre”, dijo el directivo Mark Tanzer. “Pero al mismo tiempo, pasa por alto a la industria de los viajes, cuyos ingresos han caído 78% este año y ha sufrido el nievo impacto de las restricciones de la ómicron desde fines de noviembre”.