«Es hora» de que la Unión Europea aumente su cooperación con Taiwán, afirmó hoy el líder de una delegación del Parlamento Europeo durante su primera visita oficial a la isla autogobernada, reclamada por China.
Trece parlamentarios del comité sobre interferencia extranjera en procesos democráticos se reunieron con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, en la segunda jornada de su visita de tres días.
«Vinimos aquí con un mensaje muy sencillo, muy claro. No están ustedes solos», dijo Raphael Glucksmann, el eurodiputado francés que preside el comité. «Europa está con ustedes, a su lado, en la defensa de la libertad y la defensa del estado de derecho y la dignidad humana».
«Es hora de que la Unión Europea aumente su cooperación con Taiwán», añadió.
Tsai hizo una breve declaración de bienvenida en la que describió la visita como «muy significativa» y dijo que Taiwán está dispuesta a compartir su experiencia en la lucha contra la desinformación y quiere crear una «alianza democrática» contra la desinformación.
El Parlamento Europeo aprobó el mes pasado una resolución en la que pedía a la cámara que «intensifique las relaciones políticas entre la UE y Taiwán». La resolución no vinculante también pedía cambiar el nombre de la delegación de representación en Taiwán a Oficina de la Unión Europea en Taiwán y establecer un acuerdo bilateral de inversión con la isla.
El Ministerio chino de Asuntos Exteriores criticó el jueves la visita y dijo instar «al lado europeo a corregir sus errores y no dar señales erróneas a las fuerzas separatistas de independencia de Taiwán, para evitar un impacto grave a las relaciones entre China y la UE».
«El hecho de que Taiwán forma parte de China no puede cambiarse», dijo el vocero del Ministerio Wang Wenbin en una conferencia de prensa diaria.
La visita se produjo en medio de un creciente apoyo de los países occidentales a la isla democrática -que China reclama como parte de su territorio y susceptible de ser anexionado por la fuerza si es necesario- y de un deterioro de la imagen de Beijing.
China ha aumentado el número de cazas que envía en vuelos hacia la isla dentro de una prolongada campaña de acoso militar desde al menos el año pasado, cuando Taiwán empezó a hacer públicos los datos.