Las denuncias de publicaciones llenas de odio y violencia en Facebook comenzaron a llegar la noche del 28 de mayo del año pasado, poco después de que el entonces presidente Donald Trump dijese en las redes sociales que cualquier persona que participase en saqueos en Minneapolis sería baleada.
Habían pasado tres días desde que el policía de Minneapolis Derek Chauvin apoyase su rodilla en el cuello de George Floyd, un hombre de raza negra, durante más de ocho minutos y le causase la muerte. Un video de una transeúnte fue visto millones de veces en las redes y estallaron protestas en Minnesota, que se extendieron al resto del país.
Las publicaciones llenas de odio y violencia, no obstante, se multiplicaron «rápidamente» cuando Trump hizo sus comentarios, de acuerdo con un análisis interno que hizo Facebook acerca de los posts del exmandatario en la internet.
«Esto HAMPONES están deshonrando la memoria de George Floyd y no permitiré que eso suceda», proclamó Trump el 28 de mayo a las 9:53 de la noche en sus cuentas de Twitter y Facebook. «Cualquier problema, tomaremos el control, pero cuando empiecen los saqueos, ¡empezarán las balas!».
Las cuentas de Trump en Twitter y Facebook terminaron siendo suspendidas.
Documentos filtrados de Facebook ofrecen una idea de cómo las publicaciones de Trump en las redes sociales aumentaron el malestar y las divisiones en el país. Los sistemas automatizados creados por Facebook para pillar publicaciones que violan las normas de la empresa indicaron con una certeza de casi el 90% que el mensaje de Trump violó las reglas relacionadas con la incitación a la violencia.
La compañía, sin embargo, no tomó medida alguna contra el post de Trump.
Al día siguiente, hubo manifestaciones de protesta en casi todas las ciudades de Estados Unidos, grandes y pequeñas, y algunas se tornaron violentas.
«Cuando la gente estudie el papel de Facebook, no dirá que fue la causa, pero sin duda ofreció un megáfono», expresó Lainer Holt, profesor de comunicaciones de la Universidad Estatal de Ohio. «No creo que puedan evitar admitir que exacerbaron la situación».
Twitter, por su parte, respondió rápidamente, tapando el tuit de Trump con un alerta y prohibiendo a los usuarios que lo compartan.
Las discusiones internas de Facebook fueron reveladas por la exejecutiva de la empresa Frances Haugen ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos. Versiones redactadas de sus denuncias enviadas al Congreso fueron obtenidas por un grupo de organizaciones periodísticas, incluida The Associated Press.
El Wall Street Journal informó que Trump fue uno de varios usuarios prominentes, incluidos políticos y celebridades, a los que no se aplicaron algunas de las restricciones de la empresa.
Los comentarios llenos de odio y las denuncias de violencia se habían limitado mayormente a la región de Minneapolis tras la muerte de Floyd, según los documentos.
«Sin embargo, después del post de Trump del 28 de mayo, las cosas escalaron en todo el país», señala un informe publicado el 5 de junio del año pasado.
El análisis interno indica que las denuncias de violencia se quintuplicaron en Facebook y las quejas relacionadas con publicaciones llenas de odio se triplicaron en los días siguientes al post de Trump. Las denuncias de noticias falsas se duplicaron en la plataforma. La gente empezó a compartir los posts y esto generó «una cantidad sustancial de comentarios llenos de odio y violencia», muchos de los cuales Facebook eliminó. Algunos de estos comentarios decían cosas como «hay que balear a estos hampones» o «al diablo con los blancos».
Hacia el 2 de junio, «estaba claro que el país ardía en llamas», comentó un empleado de Facebook en el memo del 5 de junio, aludiendo a la cantidad de publicaciones llenas de odio y violencia.
Facebook dice que es imposible determinar qué porcentaje de publicaciones llenas de odio fueron motivadas por los posts de Trump o por la controversia en torno a la muerte de Floyd.
«El incremento en los comentarios de los usuarios fue causado por un momento clave en la historia del movimiento por la justicia social, no por un post de Donald Trump al respecto», sostuvo un portavoz de Facebook en un comunicado. «Facebook a menudo refleja lo que pasa en la sociedad y la única forma de prevenir aumentos en las denuncias de los usuarios en estos momentos es no permitiéndoles hablar (de lo que sucede) en nuestra plataforma, que es algo que nunca haremos».
Facebook no intervino a pesar de que sus propios sistemas automatizados de control de lo que se publica señalaron que los posts de Trump probablemente violaron sus normas.
«Nuestro clasificador de violencia e incitación tenía un 90% de certeza de que este post (de Trump) violó las políticas de Facebook», indicó el análisis del 5 de junio.
Trump siguió usando su cuenta en Facebook, con más de 32 millones de seguidores, para arengar a sus partidarios durante buena parte del resto de su presidencia. En los días previos a la toma del Capitolio del 6 de enero, Trump promovió versiones falsas de un fraude electoral, que alentaron el asalto al Congreso para exigir que se desconociesen los resultados electorales.
Solo después de la toma del Congreso, cuando Trump ya tenía un pie afuera de la Casa Blanca, Facebook suspendió su cuenta, por lo menos hasta el 2023.
Hay una razón por la que Facebook se demoró tanto en tomar medidas, según Jennifer Mercieca, profesora de la Texas A&M University que ha estudiado la retórica de Trump.
«Facebook se benefició realmente de Trump, y de su capacidad para enfocar la atención y hacer que la gente se conecte (a las redes) en medio del escándalo», afirmó Mercieca. «Querían que Trump siguiese con eso».