Las fuerzas de seguridad de Sudán detuvieron a tres destacadas figuras prodemocracia, dijeron familiares y activistas hoy, mientras aumenta la presión internacional sobre el Ejército para dar marcha atrás luego de un golpe de Estado a principios de semana.
Los arrestos, ocurridos durante la noche, se produjeron mientras en la capital, Jartum, y en otras partes del país seguían las protestas contra el alzamiento, y muchos negocios cerraron sus puertas atendiendo a los llamados a la huelga. Las fuerzas de seguridad mantuvieron su estricta respuesta y persiguieron a manifestantes en varios vecindarios el martes en la noche, según activistas que añadieron que algunos fueron baleados y heridos.
El golpe amenaza con alterar la transición democrática en el país, que comenzó tras el derrocamiento en 2019 del gobernante Omar al-Bashir y su ejecutivo islamista tras una revuelta popular. Se produjo tras semanas de crecientes tensiones entre militares y civiles por el ritmo y el curso del proceso.
Tras la amplia condena internacional, el ejército permitió el regreso del primer ministro depuesto, Abdalla Hamdok, y su esposa a casa. Hamdok, un execonomista de Naciones Unidas fue detenido junto a otros funcionarios gubernamentales y figuras políticas durante el alzamiento del lunes.
Varias embajadas occidentales en Jartum dijeron el miércoles que seguirán reconociendo a Hamdok y a su gobierno como ·los líderes constitucionales del gobierno de transición» de Sudán.
En un comunicado conjunto, las legaciones diplomáticas de la Unión Europea, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, y de varias otras naciones europeas, pidieron la liberación de los funcionarios detenidos y un diálogo entre el ejército y el movimiento prodemocracia.
El nuevo hombre fuerte, el general Abdel-Fattah Burhan, ha prometido celebrar elecciones en julio de 2023, según la fecha prevista, y nombrar un gobierno de tecnócratas en este tiempo. Pero los críticos dudan que el ejército hable en serio de la cesión del control a un gobierno civil.
El golpe ocurrió a unas semanas de la fecha en la que Burhan debía entregar a un civil el liderazgo del Consejo Soberano –formado por militares y civiles– que gobierna el país. Por otra parte, el gobierno de transición encabezado por Hamdok gestionaba los asuntos cotidianos.
Los activistas detenidos durante la noche son Ismail al-Taj, un líder de la Asociación de Profesionales Sudaneses, el grupo que estuvo al frente de las protestas que derrocaron a al-Bashir; Sediq al-Sadiq al-Mahdi, líder del mayor partido político del país, Umma, y hermano de la ministra de Exteriores, Mariam al-Mahdi; y Khalid al-Silaik, un exasesor del primer ministro, según la esposa de Al-Silaik, Marwa Kamel, y los activistas Nazim Siraj y Nazik Awad.
Kamel explicó que su esposo fue arrestado momentos después de conceder una entrevista a la televisora qatarí Al-Jazeera en la que criticó el golpe de Estado y afirmó que Hamdok y su ejecutivo eran el gobierno legítimo del país.
«Lo que el general Burhan hizo es un golpe de Estado (…) La gente responderá a esto en los próximos días», aseguró.
Los tres han criticado abiertamente el alzamiento militar. Decenas de miles de sudaneses tomaron las calles en los dos últimos días para pedir el regreso del gobierno de Hamdok. En enfrentamientos con los manifestantes, las fuerzas de seguridad mataron a al menos cuatro personas e hirieron a más de 140.
Burhan, jefe del ejército, disolvió el Consejo Soberano y el gobierno de transición el lunes y declaró el Estado de Emergencia alegando que los militares se vieron obligados a intervenir para evitar que el país cayera en una guerra civil.