La oposición venezolana instó ayer al gobierno de Nicolás Maduro a volver a la mesa de diálogo para retomar las negociaciones suspendidas la víspera, luego que los delegados oficialistas anunciaron que no viajarían a México en protesta por la extradición a Estados Unidos del empresario Alex Saab. Por su parte, Noruega anunció que buscará la reanudación de las conversaciones lo antes posible.
Desde un hotel de la Ciudad de México, el jefe de la delegación de la oposición, Gerardo Blyde, dijo a la prensa que «estos retrasos no ayudan». La cuarta sesión del proceso —que comenzó en septiembre en México— estaba prevista a desarrollarse del 17 al 20 de octubre.
«Ninguna persona es más importante que todo el pueblo venezolano», dijo Blyde al leer un comunicado de la llamada «Plataforma Unitaria de Venezuela», en clara alusión a la decisión que tomó la delegación oficialista de no viajar a México en protesta por la extradición el sábado de Saab, quien estaba detenido en Cabo Verde.
El empresario de origen colombiano, a quien el gobierno de Maduro identifica como su representante diplomático y delegado en los diálogos, fue arrestado en el país africano en junio del 2020 al hacer una escala cuando se dirigía a Irán para cumplir con una misión humanitaria que le brindaba inmunidad, según sostienen las autoridades venezolanas.
Saab, de 49 años, será procesado por lavado de dinero en una corte federal de Florida. Ha sido vinculado a un presunto plan de sobornos por más de 350 millones de dólares de un proyecto de vivienda de interés social del gobierno venezolano. Los fiscales estadounidenses lo acusan de amasar una fortuna a través de negocios a nombre del gobierno de Maduro.
Blyde indicó que espera que se retome el proceso para continuar con los diferentes puntos de la agenda de negociaciones, la cual se concretó en agosto y tiene entre sus prioridades la definición de unos planes urgentes en una mesa social para atender los programas de alimentación, vacunación contra el coronavirus y otras enfermedades.
«La profunda crisis humanitaria que afecta a nuestro pueblo, los millones de venezolanos que han tenido que emigrar para buscarse un futuro que el país no les brinda; así como la inexistencia de instituciones democráticas apegadas a la Constitución, no pueden esperar», agrega el escrito.
En un mensaje que difundió el domingo en redes sociales, el gobierno noruego, que está actuando como facilitador de los diálogos, dijo que sigue trabajando «para que las partes continúen, lo antes posible, su importante esfuerzo en la mesa de negociación para una solución política e inclusiva por el bien del pueblo venezolano».
«Noruega sigue convencida de que la única solución en Venezuela será negociada», expresó el gobierno del país europeo.
Maduro confirmó el domingo, en una transmisión de la televisora estatal, que ordenó a su delegación retirarse de los diálogos y suspender el viaje a México como respuesta a la extradición de Saab. Advirtió que vendrán otras acciones ante organismos internacionales, pero no ofreció detalles.
«El gobierno de Estados Unidos sabía que secuestrando a Alex Saab, miembro de la comisión de diálogo en México, le metió una puñalada mortal a los diálogos y negociación de México. Lo sabía el gobierno de Estados Unidos y actuó. Lo sabía; no quieren diálogo», agregó.
Tras defender al empresario y relatar que gracias a su apoyo Venezuela logró suministros de combustible, medicinas y alimentos para la población, el mandatario denunció que miembros del gobierno de Estados Unidos «torturaron por largos días a golpes» y le «metieron electricidad» a Saab porque «querían obligarlo a mentir» y «convertirlo en un acusador falso» contra su gobierno, pero no presentó pruebas.
«Ayer tuvimos un día triste, tengo que aceptarlo, triste», continuó Maduro. «Triste por la injusticia, triste por la indignidad, triste porque secuestraron a un hombre bueno, inocente; a un hombre limpio, a un hombre trabajador, un hombre que lo que ha hecho es amar al pueblo de Venezuela».
Desde la histórica plaza Bolívar en el centro de la capital venezolana, Camila Fabbri, esposa de Saab, denunció el domingo que el empresario fue víctima de un «segundo secuestro con la complicidad del gobierno de Cabo Verde».
«Ocurrió cobardemente (la extradición) a espalda de los abogados y de nosotros», aseguró Fabbri entre llantos ante varias decenas de seguidores del gobierno, que levantaban carteles con los rostros de Maduro y Saab.
Saab expresó, en una carta que leyó su esposa, que no ha cometido ningún delito y que no tiene nada que colaborar con Washington. «No he cometido ningún delito, ni en Estados Unidos ni en ningún país», sentenció el empresario.
«No pienso mentir para favorecer a Estados Unidos», agregó, al asegurar que está en pleno uso de razón y que no es un suicida «por si acaso me asesinan y dicen que me suicidé».
Poco después que se informara en las redes sociales que Saab iba en un vuelo hacia Estados Unidos, seis ejecutivos petroleros estadounidenses, mantenidos en arresto domiciliario desde abril pasado, fueron regresados a la sede de la policía política en Caracas, donde habían permanecido detenidos anteriormente tras ser apresados en 2017.
Al condenar la acción de las autoridades venezolanas, la abogada María Alejandra Poleo dijo en Twitter que los seis ejecutivos estaban siendo utilizados como «monedas de cambio».
Los familiares de los seis ejecutivos, y de otros tres estadounidenses detenidos desde el año pasado en Venezuela tras ser acusados por el gobierno de participar en una fracasada invasión y un complot, enviaron una carta al presidente Joe Biden para pedirle ayuda y quejarse de la «falta de acción» de su gobierno y de que no se han dado pasos para interactuar directamente con las autoridades venezolanas.
En la misiva del 16 de octubre, redactada antes de que se conociera la extradición de Saab, los familiares indicaron que se negaban a aceptar que Washington frenara los diálogos entre el gobierno y la oposición venezolana, y expresaron preocupación porque se vincule el avance de ese proceso a la vida de los detenidos.
Desde el mes pasado el proceso de diálogo ha enfrentado tropiezos luego que la delegación del gobierno retrasó un día su arribo a la capital mexicana para participar en la tercera ronda, en rechazo a unas declaraciones que hizo la primer ministro de Noruega, Erna Solberg, durante la Asamblea General de las Naciones Unidas en las que cuestionó la situación de los derechos humanos en Venezuela.
La ronda, que debía comenzar el 24 de septiembre y estaba prevista para cuatro días, sólo pudo realizarse durante dos y no se lograron mayores avances.
Luego de la firma de un memorando de entendimiento el 13 de agosto, los delegados del gobierno y la oposición comenzaron formalmente los diálogos del 3 al 6 de septiembre. Durante las primeras deliberaciones se llegó a un acuerdo parcial para atender las necesidades sociales de la población, con énfasis en los efectos de la pandemia.
Al igual que en el proceso de 2019, Noruega participa como mediador mientras que Rusia y Holanda se desempeñan de acompañantes de las delegaciones de Maduro y la oposición liderada por Juan Guaidó, al que Estados Unidos y medio centenar de países reconocen como presidente interino de Venezuela.
El proceso de diálogo se ha convertido en la última esperanza de la comunidad internacional para avanzar hacia una salida pacífica y negociada de la crisis venezolana, que se profundizó en el último año debido a la pandemia, la cual agravó la paralización económica, la hiperinflación de cuatro dígitos, la pobreza y el colapso del sistema de salud.