Chile anunció hoy el fin del estado de catástrofe impuesto hace 18 meses para frenar la pandemia luego de tres meses con una baja en los nuevos contagios, aunque los últimos días se ha observado una leve alza en el país, en el que predomina la circulación de la variante Delta.
El anuncio coincidió con el inicio de la vacunación contra COVID-19 en las escuelas de los niños de 6 a 11 años que cuentan con la autorización por escrito de sus padres mientras avanza la inmunización de los menores de 12 a 18 años.
La no renovación del estado de excepción fue anticipada por el presidente Sebastián Piñera, quien visita Uruguay y escribió en su cuenta de Twitter que «terminará este próximo jueves 30 de septiembre. Es de vital importancia que todos tengamos conciencia que la pandemia del coronavirus no ha terminado».
El fin del estado de catástrofe, desde el viernes próximo, implica el fin del toque de queda a partir de la medianoche del viernes 1 de octubre. Tampoco se podrán decretar cuarentenas y adecuaciones en los aforos particulares y comerciales. Además, desde el próximo viernes Chile reabrirá tres de sus aeropuertos a los extranjeros con vacunación completa que cuenten con un examen PCR negativo y con un seguro médico. Además deberán guardar una cuarentena de cinco días en un domicilio elegido por ellos.
La subsecretaria de Salud, Paula Daza, enfatizó que el uso de mascarilla en Chile continuará siendo obligatorio, al igual que el respeto de los aforos particulares, comerciales y en eventos públicos, como partidos de fútbol.
El fin del estado de catástrofe llega cuando en el país sudamericano ya se vacunó al 90% de la población objetivo -15 de sus 19 millones de habitantes- y un 87% completó el proceso. Además, desde mediados de agosto se está inoculando con una dosis de refuerzo a los mayores de 55 años y está semana se suman los menores de 54 años.
El proceso de vacunación sumó el lunes a los niños de 6 a 11 años, que en la capital chilena comenzó con los alumnos de un colegio de la comuna de Providencia.
Como pasa casi siempre con los niños, algunos se veían asustados por tener que vacunarse mientras otros dijeron estar contentos de ser inmunizados en sus colegios porque les evita acudir a los centros de vacunación públicos.
Entre los primeros en ser vacunados en el patio de su escuela estuvo Alien Araya, de 11 años, quien declaró que «las medidas de precaución (de) lavarse las manos, mantener la mascarilla arriba y evitar el contacto estrecho, aunque esté vacunado igual, hay que tomarlas (porque) la vacuna no protege 100%».