Diez meses después que Donald Trump perdió su esfuerzo de reelección en Arizona, partidarios contratados por senadores republicanos del estado se preparaban para entregar los resultados de una revisión partidista de la elección que es el clímax de una extraña cruzada para encontrar evidencia que respalde las falsas afirmaciones de fraude hechas por el expresidente.
Casi todas las acusaciones hechas por el equipo de revisión hasta ahora se han desmoronado bajo examen. Funcionarios electorales en Arizona y en el resto del país esperan más de lo mismo hoy del equipo de revisión que ellos dicen está sesgado, es incompetente y sigue teorías de conspiración absurdas y refutadas.
La revisión partidista -centrada en los votos en Maricopa, el mayor condado de Arizona- es encabezada y financiada mayormente por personas que ya creen que Trump fue el verdadero ganador, pese a decenas de demandas y un escrutinio extraordinario que no halló problemas que pudieran haber cambiado el resultado. Ellos desdeñaron los detallados procedimientos de conteo de votos en la ley de Arizona.
Pese a ser objeto de burlas amplias, la revisión en Arizona se ha vuelto un modelo que los partidarios de Trump están deseosos de replicar en otros estados disputados ganados por el presidente Joe Biden. El fiscal general de Pensilvania, quien es demócrata, entabló una demanda el jueves para bloquear un pedido republicano de una vasta gama de material electoral.
En Wisconsin, un juez retirado de la Corte Suprema del estadio encabeza una investigación ordenada por los republicanos de la elección de 2020 y esta semana amenazó con citar a los funcionarios electorales que no cumplan con los pedidos.
No importa lo que las revisiones en Arizona y otras partes digan haber encontrado, no pueden anular la victoria de Biden.
En Arizona, cinco personas van a detallar públicamente las conclusiones para los dos republicanos en el Senado estatal, entre ellos Doug Logan, el director general de Cyber Ninjas, una firma de ciberseguridad sin experiencia electoral. Logan fue el jefe del equipo de revisión pese a su trabajo previo promoviendo teorías de conspiración sobre el supuesto «robo» de la elección.
Un documento que supuestamente era una versión filtrada del reporte de Cyber Ninjas circuló el jueves por la noche. El documento dijo que un conteo a mano de las boletas indicaba una ganancia neta de 360 votos para Biden.