Las manos de María Sales manejan con destreza los hilos de algodón en donde ata y desata nudos con los que elabora pulseras y bolsas con la técnica del macramé. Es una de las 15 artesanas de la comunidad Nuevo México, en San Vicente Pacaya, Escuintla que se han organizado para producir trabajos con este material que se comercializa en el mercado nacional e internacional.
Sales es una madre de cinco hijos y que desde hace un par de años tomó cursos para aprender la técnica del macramé. Solía llevar su cuaderno para anotar los detalles, pero además notó que tenía la facilidad, el amor y la paciencia para que los productos salieran “calidad”. Ahora dirige al grupo de mujeres quienes se reúnen para trabajar y entregar los pedidos de los clientes, como también presenta propuestas de diseños innovadores, con base en las técnicas ancestrales del tejido que se han aprendido de generación en generación.
Ella forma parte del proyecto Muun palabra en nahuatl que significa Ternura – y que reúne a unas 40 mujeres que viven en las comunidades de San Antonio Sacatepéquez, San Marcos; Santa María Visitación, Sololá; y Nuevo México, Escuintla, donde elaboran distintos productos con el hilo de algodón como materia prima. Emplean diferentes técnicas como el tejido en telar de pie, macramé, bordado a mano, confección y el teñido natural, utilizando ingredientes que van desde cortezas de árboles, hojas de plantas y flores.
Desde 2019, las artesanas reciben el apoyo logístico y financiero de Good Neighbors Guatemala, -una organización con fines humanitarios y de desarrollo- que les provee el material, mobiliario, equipo, herramientas y pago de la mano de obra.
“A través del apoyo que nos brinda Good Neighbors Guatemala, hemos aprendido a mejorar nuestra técnica. El mayor beneficio del proyecto Muun, es que, como mujeres, desarrollamos talentos que nos permiten sostener a nuestras familias”, afirma Sales.
AMIGABLES CON EL AMBIENTE
Las bolsas de tela de manta o macramé también son una manera de regresar a los productos ecológicos y evitar el uso de bolsas plásticas. Además, son una fuente de empleo para las artesanas guatemaltecas.
Sobre esto, Sales comenta que en el área rural tienen necesidades y no todas las madres tienen estudios, por lo que la experiencia de trabajar unidas en este proyecto de macramé las ayuda para darles una mejor educación a sus hijos.
“Me siento muy alegre, pues he podido demostrar que podemos salir adelante. He perdido la timidez y ahora dirijo a mis compañeras. Los nudos necesitan concentración. A veces es necesario desatar y comenzar de nuevo para que los trabajos cumplan con la calidad requerida”, comenta. Aparte del trabajo en macramé, este año María también está por culminar sus estudios como comadrona.
Sory Cha es la desarrolladora de negocios de Good Neighbors y comenta que ha acompañado este proyecto desde 2017. Ha observado con orgullo la evolución, deseos de aprender y la creatividad de las artesanas para crecer en el negocio.
Ella es quien se encarga de capacitar y dar seguimiento a cada detalle. Desde elegir la materia prima hasta la revisión para que los pedidos cumplan con los requisitos de calidad. “Nos enfocamos en estilos minimalistas, no demasiado coloridos o representativos de alguna región”, explica.
Los productos elaborados por Muun se distribuyen en diferentes puntos de venta en la ciudad capital o Antigua Guatemala como Wakami Collab Store, La Nueva Fábrica, Chulada Market, Indigo, así como en el Vivero y Café La Escalonia, y Las Dalias. También exportan a Corea del Sur, Canadá y Estados Unidos.
TRES COMUNIDADES, DISTINTOS PRODUCTOS
• En San Antonio Sacatepéquez, San Marcos; son ocho mujeres que elaboran manta para bolsas ecológicas, alfombras y fundas para cojines en telar de pie.
• En Santa María Visitación, Sololá, son 13 personas que fabrican bordados hechos a mano para bolsas ecológicas y llaveros.
• En Nuevo México, Escuintla, un grupo de 15 mujeres trabaja con brazaletes, colgadores de macetas, netbags, cortinas y otros productos con macramé.