Los precios de las viviendas en Estados Unidos tuvieron un alza récord en junio, en vista de que los compradores compitieron por una oferta limitada de casas y apartamentos disponibles, la evidencia más reciente de que el mercado de la vivienda sigue al rojo vivo.
El índice de precios de viviendas de 20 ciudades de S&P CoreLogic Case-Shiller se disparó un 19,1% en junio en comparación con el año anterior, el mayor aumento en los registros, que se remontan al año 2000.
Las ganancias anuales de los precios en junio fueron más altas en las 20 ciudades analizadas que en mayo. Los precios están ahora en máximos históricos en 19 de las 20 ciudades, con la excepción de Chicago.
«Los últimos meses han sido extraordinarios no sólo en cuanto a ganancias de precios, sino en la uniformidad de las ganancias en todo el país», comentó Craig Lazzara, director gerente de estrategia de inversión en índices de S&P DJI.
Hay indicios de que los precios altos están enfriando un poco las ventas. Las ventas de viviendas usadas aumentaron apenas un 1,5% en julio con respecto al año anterior, según un informe separado publicado la semana pasada. Ese es un ritmo mucho más lento que el del mes previo. El número de contratos firmados para la compra de viviendas, un indicador importante de las ventas finales, ha caído durante dos meses consecutivos.
En junio, los precios subieron más en Phoenix (donde se dispararon un 29,3% en comparación con el año anterior), seguidos de San Diego (27,1%) y Seattle (25%).
La pandemia de COVID-19 hizo que muchos estadounidenses trabajaran desde casa, lo que los ha llevado a buscar viviendas en áreas suburbanas que brinden más espacio y no estén tan congestionadas como los apartamentos en las grandes ciudades. Sin embargo, muchos propietarios se han mostrado reacios a vender durante la pandemia, y la construcción de viviendas nuevas se ha hundido en medio de una escasez de materiales, tierra y mano de obra.