Raul Molina Mejia
Los médicos que optan por la apendicitis insisten en que el apéndice no sirve para nada, y que puede extirparse, a lo que el galeno que tiene al país sumido en la muerte pandémica responde con su decisión de mantener el suyo, Consuelo Porras, porque sí le sirve, ya que le permite hacer cualquier maleficio sin que se le investigue: compra de votos en el Congreso; presupuesto inflado para “enfrentar la pandemia”, que no ha servido para esto sino que para que reine la corrupción; la casa con “tamaletas” millonarias en Antigua Guatemala; un “centro de gobierno”, como ejemplo de nepotismo y descaro; la construcción de una mansión en las afueras de Antigua; la aplicación de pruebas falsas del COVID-19; la compra de vacunas rusas que no llegan; concesiones a “empresarios” rusos que bien valen una alfombra de oro; y mucho más. La Fiscal General es indispensable para Giammattei y su corte criminal, y, por lo tanto, no renunciará jamás. De la misma manera, alguien se beneficia con tener al mandatario en su puesto. Lo colocaron a finales de 2019 para servir a dos fuerzas hegemónicas, que Jimmy había cultivado al máximo: las cúpulas del CACIF y del crimen organizado; y los intereses trumpistas. Giammattei hasta sirvió de 007 al irse a meter a Venezuela, con pasaporte italiano, como provocación a las autoridades de dicho país. La suerte de Trump, sin embargo, entró en vertiginosa picada y el “presidente encargado” de Guatemala se quedó huérfano, aunque pudo ser que todavía le haya logrado la conexión con la “mafia” rusa. En todo caso, no parece que la Administración Biden esté contenta con quienes detentan el poder en Guatemala y han tratado de ejercer alguna presión para que, por lo menos, “se guarden las apariencias”. La cúpula del CACIF, por su parte, que en su momento no tuvo empacho en lanzar al ejército nacional a perpetrar genocidio y otros crímenes de lesa humanidad, con más de doscientos mil muertos, menos empacho tiene ahora ante la tragedia del COVID-19, que para octubre se pronostica que produzca veinte mil, si en el período logran seguir teniendo importante crecimiento económico y multiplican sus fortunas, como han hecho hasta ahora , y se les cumplen las condiciones impuestas a sus sub Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, para la nueva colonización del país.
La pregunta del millón, que me hago al igual que analistas estadounidenses, es ¿por qué Biden tolera a Bukele, Hernández y Giammattei? La explicación que se da es que para frenar la migración centroamericana, cree que se debe aceptar la corrupción. Esto no tiene sustento, ya que hay otras formas: desarrollo humano, visas de trabajo y protección temporal a quienes ya están en EE.UU. Quizás la explicación es la incertidumbre ante lo que pueda generarse en esta subregión. El imperio tiene temor de que empiece la segunda independencia, con la vanguardia de los pueblos indígenas, los sectores populares y las mujeres. Lo que nos corresponde es hacer comprender, con la fuerza del Pueblo, que la revolución ética es imparable y que, en condiciones de respeto y tolerancia, América Latina puede convivir con EE.UU y hasta prosperar en conjunto.