Cuando la única disposición concreta adoptada por las autoridades para reducir los contagios es un Toque de Queda de diez de la noche a cuatro de la madrugada, se tiene que entender como natural que continúe al alza la curva de contagios puesto que no hay ninguna medida para mitigar los casos. Ayer se publicaron fotos de cómo, en medio de un tremendo pico provocado por la variante Delta, una unidad de Transmetro circula abarrotada de pasajeros que, por supuesto, no pueden guardar ninguna distancia social, situación que se repite en muchos sitios y actividades donde los mentados aforos de acuerdo al semáforo no se observan ni nadie exige su cumplimiento.
Se entiende que para el gobierno la prioridad es mantener la economía funcionando y para ello la gente tiene que movilizarse, pero fueron precisamente las autoridades de Salud las que indicaron la necesidad de implementar medidas de mitigación y entre ellas se determinaron aforos máximos, es decir cantidad máxima de personas para evitar concentraciones peligrosas que se traducen en más y más contagios. Tras una inicial firmeza con el cierre del país dictado a principios de la pandemia, vino un relajamiento impuesto para privilegiar la actividad económica, pero eso se traduce en más casos, sobre todo por dos factores que ahora complican mucho más la situación.
Primero está la variante Delta que hace estragos por el mundo pero, sobre todo, entre la población que se resiste a ser vacunada. Y el otro factor en nuestro país es la deficiente vacunación, no sólo porque la gente no ha sido bien informada sino porque el gobierno cayó en el negocio con los rusos (aparte de lo del puerto y las minas), comprando una vacuna que ya se pagó y no ha llegado.
Algunos lectores de La Hora, motivados a ofrecer ideas y soluciones, recomendaron la vieja receta, nunca aplicada, de escalonar horarios para reducir la aglomeración en el transporte y en el tráfico, pero lo que sería esencial es que la autoridad se haga sentir para forzar el respeto de los aforos que ellos mismos propusieron y que en las actuales condiciones se tienen que ajustar al color rojo del semáforo, ese mismo que por supuesto han manoseado y seguirán manoseando con el criterio de quedar bien con los dueños del país.
Vacunar es la mejor opción, pero en eso vamos a la cola del mundo. Entonces se deben reducir los contactos para reducir los contagios, además de forzar al uso de mascarilla, distancia social e higiene, que no son opción sino obligación.