Por primera vez, el expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez dio su versión del conflicto armado interno en un diálogo con el sacerdote Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, una entidad estatal y extrajudicial que busca esclarecer patrones de violencia reuniendo las versiones de miles de actores y víctimas.
Uribe, quien gobernó entre 2002 y 2008, aseguró el lunes que actuó con celeridad y transparencia ante las denuncias de ejecuciones extrajudiciales durante su mandato, que luego fueron conocidas como «falsos positivos», por tratarse de civiles asesinados a manos de algunos miembros del Ejército y presentados falsamente como guerrilleros vencidos en combate para recibir beneficios.
«Nunca desestimé una denuncia en mi gobierno. Me era difícil creer que había «falsos positivos», pero siempre cumplí el deber de actuar a tiempo», indicó Uribe en referencia la destitución de 27 oficiales y suboficiales del Ejército en octubre de 2008, cuando las denuncias se hicieron públicas.
Durante el mandato de Uribe se habrían registrado la mayor parte de las víctimas de «falsos positivos», según ha documentado la Fiscalía y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), tribunal creado para juzgar los crímenes del conflicto tras la firma del acuerdo de paz entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2016.
La JEP reveló en febrero de 2021 que en el país se dieron 6.402 víctimas de «falsos positivos», el triple de las conocidas hasta entonces, y que durante el gobierno de Uribe se habrían dado más del 70% de éstas. Uribe aseguró que no se mencionó o aplicó una política de conteo de muertos en su gobierno, conocida como la «doctrina Vietnam», ni hubo exigencia desmedida de resultados operativos al Ejército.
«No hay ningún soldado de Colombia que pueda decir que yo le di mal ejemplo de palabra o de obra… La culpa nunca es del que exige resultados con transparencia, (es) del incapaz criminal, que para fingir resultados produce crímenes», agregó Uribe.
En Colombia la justicia ordinaria ha condenado a 1.740 personas en los casos de «falsos positivos». La mayoría de ellos son militares, pero es apenas una porción de los 10.700 investigados por estos hechos, según la última información pública de la Fiscalía dada en 2019 ante la Corte Penal Internacional.
El expresidente Juan Manuel Santos, quien fue el ministro de Defensa de Uribe, dijo en junio de este año en su declaración ante la Comisión de la Verdad que sí hubo una presión para producir bajas. «Pero al mismo tiempo, en honor a la verdad, tengo que decir que el presidente Uribe no se opuso al cambio de esa nefasta doctrina, que él mismo había estimulado. Nunca recibí una contraorden, ni fui desautorizado», agregó Santos, quien gobernó Colombia entre 2010 y 2018 y ganó el Nobel de Paz tras firmar el acuerdo de terminación del conflicto con las FARC.
Uribe aseguró que cometió un «error» al decir en 2008 que los jóvenes desaparecidos en Soacha, en cercanías a Bogotá, «fueron dados de baja en combate, no fueron a recoger café». Esto porque luego se comprobó que los jóvenes fueron engañados con ofertas falsas de trabajo, asesinados lejos de sus hogares y sus cuerpos enterrados en fosas comunes.
«Cometí un error por esos días de decir ‘no estarían recogiendo café’… fui inducido a error por informaciones que escuché. Al principio eso no lo creía ni la Fiscalía ni las Fuerzas Armadas», explicó el exmandatario y líder del partido de gobierno Centro Democrático.
Uribe es el cuarto presidente en contar su versión del conflicto. Lo precedieron Juan Manuel Santos, Ernesto Samper y César Gaviria. Sin embargo, el caso de Uribe es particular debido a que él no reconoce la legitimidad de la Comisión de la Verdad y la considera «ilegal» por ser fruto del proceso de paz entre el gobierno y las FARC, del que ha sido su más férreo opositor.
«Eso no quiere decir que no contribuya a la verdad. Para mí una cosa es el conjunto institucionalidad de La Habana… y otra cosa es la búsqueda de la verdad, necesaria en una democracia», indicó Uribe, durante la transmisión pública y virtual de su declaración a través de sus redes sociales.
Todavía no es claro el alcance y los efectos que pueda tener la versión de Uribe ante el presidente de la Comisión, que por su parte aclaró que tiene la «obligación» de escuchar a todo el país, sin excluir partidos políticos ni sectores, pero dijo que someterá a contraste la versión de Uribe con las demás que ha escuchado.
Álvaro Leyva, quien fue facilitador de las negociaciones de paz con las FARC, aseguró a The Associated Pres que Uribe al hablar extraoficialmente con De Roux, desconoce a la Comisión y el proceso de paz y «después se toma el escenario para lucirse con un cuento que nadie le controvierte. Por esto solo le dediqué cinco minutos (a ver la declaración)».