Un incendio forestal se acercaba a varias poblaciones del sureste de Montana, mientras el tiempo seco y cálido en el oeste de Estados Unidos avivaba las llamas en más de una docena de estados.
Miles de personas estaban bajo orden de evacuación mientras el incendio Richard Spring avanzaba por la poco poblada Reserva India de Cheyenne Norte.
Entre tanto, el incendio Dixie -que comenzó el 13 de julio y es el más grande activo en el país- amenazaba a una docena de pequeños poblados en el norte de Sierra Nevada, aunque su frente sur estaba en su mayor parte limitado por cortafuegos.
El incendio ha calcinado unos 2.000 kilómetros cuadrados (780 millas cuadradas) de terreno, destruido unas 550 viviendas y casi borrado del mapa la población de Greenville. Estaba contenido en un 30%.
El incendio en Montana creció el miércoles en decenas de miles de acres, según el Centro Nacional Interagencia contra Incendios. El fuego, que sólo estaba cercado en un 15%, comenzó el domingo y se ha visto avivado por los fuertes vientos.
Para el anochecer, el incendio se había acercado a unos 3 kilómetros (2 millas) de la población evacuada de Lame Deer tras cruzar una autopista que las autoridades habían confiado detuviera las llamas.
El ranchero Jimmy Peppers estaba sobre su caballo al oeste del pueblo, viendo cómo el resplandor naranja se acercaba a la zona de su casa.
«Creí que no cruzaría la autopista, de modo que ni siquiera moví mi material de la granja», dijo Peppers, que pasó la tarde pastoreando su ganado a los pastos de un vecino, más cerca del pueblo. «No sé si mañana tendré casa».
Los científicos señalan que el cambio climático ha hecho la región oeste de Estados Unidos mucho más seca y cálida en los últimos 30 años, y continuará haciendo el tiempo más extremo, con incendios más frecuentes y destructivos. El jueves había más de 100 incendios activos en el oeste de Estados Unidos, y también zonas del sur de Europa estaban en llamas.