La tercera ola de COVID-19 en Texas sigue poniendo a prueba el sistema de salud del estado, ya que 10 mil pacientes con coronavirus se encuentran hospitalizados por primera vez desde febrero, informaron el martes las autoridades de la entidad.
Hasta el lunes, había 10.041 personas hospitalizadas con COVID-19, la cantidad estatal más reciente proporcionada por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Texas, y que representa la mayor cifra desde que se reportaron 10.259 hospitalizaciones por el virus el 4 de febrero.
Los casos de coronavirus se han multiplicado por la variante delta, y los pacientes han ocupado todas las camas disponibles en las unidades de cuidados intensivos (UCI) de los hospitales de las regiones de Big Thicket, Laredo y Coastal Bend. Todas menos una o dos camas de terapia intensiva están ocupadas en hospitales de Austin y Victoria, y en la región de Rolling Plains, en el oeste de Texas. Los casos graves de COVID-19 llenaron todas las camas de las UCI, salvo tres, de las zonas de Wichita Falls-Vernon y Waco.
Cerca del 35% de la capacidad de las UCI del sistema de salud Memorial Hermann del área metropolitana de Houston estaba ocupada por pacientes COVID graves, mientras que los pacientes COVID ocupaban el 25% de todas las camas de su sistema, dijo el director general de Memorial Hermann, David Callender.
Aunque el sistema hospitalario registró aumentos en los ingresos de pacientes con COVID-19 el verano del año pasado y a mediados de enero, «lo que da un poco de miedo es que la tasa de aceleración de nuevos casos, la tasa de aceleración de las hospitalizaciones es la más alta que se ha visto… No sabemos con exactitud cómo llegará a su punto máximo esta oleada actual, ni cuándo lo hará, ni cuál será su duración», dijo Callender.
En tanto, los gobiernos y tribunales locales siguen socavando la prohibición del gobernador Greg Abbott a las órdenes de uso de mascarillas y de distanciamiento social.
Un juez de distrito de San Antonio concedió un interdicto temporal para permitir que San Antonio y el condado de Bexar requieran que los estudiantes de las escuelas públicas porten cubrebocas y se coloquen en cuarentena si no están vacunados y estuvieron expuestos al COVID-19.