Los esfuerzos por eliminar restricciones a la venta de armas están generando fisuras entre la policía y legisladores republicanos que normalmente defienden esa fuerza.
En estados como Texas, Tennesse y Luisiana, la policía se opuso al levantamiento del requisito de que se investiguen los antecedentes de las personas y de que reciban entrenamiento antes de poder portar un arma en público, propuesta impulsada en momentos en que la venta de armas bate récords durante la pandemia del coronavirus.
«Es otra oportunidad de que lastimen a nuestros agentes», afirmó Fabian Blache Jr., director ejecutivo de la Asociación de Jefes de Policía de Luisiana. «Representa un peligro para los agentes».
Una movilización de último minuto de policías ayudó a evitar por poco que se anulase el veto del gobernador demócrata a una legislación que eliminaba los permisos para portar armas escondidas. Es posible que la propuesta vuelva a ser presentada el año que viene.
La oposición de la policía no impidió que se eliminase el requisito de permisos para portar armas en varios estados conservadores.
Los episodios de violencia que involucran el uso de armas están aumentando en todo el país y los organismos policiales buscan formas de contener esa violencia. El gobierno nacional intervino despachando fuerzas de choque y con otras medidas pensadas para combatir la venta ilegal de armas. En muchas ciudades la policía está perdiendo personal porque sus agentes veteranos se retiran y cuesta atraer nuevos reclutas tras las intensas protestas del año pasado contra la policía. Muchos creen que el levantamiento de las restricciones a la venta y portación de armas se suma a esos obstáculos.
No saber quién puede estar portando un arma aumenta el riesgo que conlleva cualquier intervención policial. Por otro lado, al eliminarse el requisito de entrenamiento en el uso de armas, cada vez más gente que no está capacitada para usarlas puede portar un arma, según Blanche.
«Los agentes reciben capacitación y de todos modos cometen errores», expresó «¿Por qué vamos a permitir que gente que no está entrenada pueda portar un arma y usarla a voluntad?».
Las advertencias de varios jefes policiales no impidieron que la legislatura de Tennessee, controlada por los republicanos, levantase el requisito de permisos.
Si bien varias encuestas indican que aumenta el apoyo al requisito de permisos, la tesis de que violan los derechos de la Segunda Enmienda constitucional gana fuerza en los estados conservadores.
«Hay una incongruencia entre el slogan que pide apoyo a la policía y la falta de respaldo a las medidas que apoyan los agentes y los jefes policiales», expresó Robert Spitzer, profesor de la Universidad Estatal de Nueva York y autor de «The Politics of Gun Control» (La política del control de armas).
Una veintena de estados levantaron el requisito de permisos para portar armas a pesar de la oposición de la policía, según Spitzer.
La opinión de la policía tiene peso, pero esa fuerza no cuenta con la publicidad y los cabilderos con que cuentan ciertos intereses políticos.
«Sus voces y sus opiniones son conocidas, pero no tienen un megáfono importante», dijo Spitzer.
No siempre la policía se opone al levantamiento del requisito de los permisos y los impulsores de esa política dicen que no hay contradicción alguna entre la lucha contra la delincuencia y el que se permita a la gente portar armas. Dicen que generalmente la gente que usa las armas para cometer delitos no pide permisos y que, sin el requisito de permisos, será más fácil para la gente que respeta las leyes conseguir un arma.
James White, un republicano de Texas, exlegislador estatal que se postuló para comisionado de agricultura, opina que el levantamiento del requisito de permisos para portar armas no cambia mucho las cosas en un estado como el suyo, donde se puede tener armas en el auto sin necesidad de permiso alguno y tampoco se requieren licencias para las armas largas.