Los empleados del sistema de transporte público y los de los aeropuertos del estado de Nueva York tendrán que vacunarse contra el coronavirus o de lo contrario someterse a la prueba semanalmente, anunció ayer el gobernador Andrew Cuomo quien sin embargo se negó a hacer obligatorias las vacunas o el uso de mascarillas, afirmando que no tiene la autoridad legal para hacerlo.
Cuomo solicitó a los bares y restaurantes del estado a servir únicamente a personas vacunadas, y pidió a los hospitales hacer más para promover las vacunas entre sus empleados.
Afirmó, sin embargo, que para hacer obligatorias tales medidas la Legislatura tendría que restaurar el estado de emergencia que ya venció.
«La Legislatura tendría que aprobar una ley para ello, yo no tengo la autoridad para hacerlo obligatorio», afirmó el gobernador demócrata.
«Lo más que puedo hacer es decir que recomiendo enfáticamente hacerlo», añadió.
Indicó que la política de tener que vacunarse o someterse a pruebas periódicas, que ya abarca a miles de empleados municipales, será extendida a empleados de la Autoridad Metropolitana de Transporte y a los de la Autoridad Portuaria, a partir del Día del Trabajador, que este año cae el lunes 6 de septiembre. La norma abarcará a más de 70,000 empleados, aunque la mayoría ya están vacunados.
El presidente del sindicato de transporte Tony Utano señaló que su organización seguirá exhortándole a sus miembros a vacunarse, y que trabajará con la autoridad de transporte para asegurarse de que las pruebas sean accesibles.
Poco después de las declaraciones de Cuomo en conferencia de prensa, el alcalde de la ciudad de Nueva York Bill de Blasio recomendó «enfáticamente» a la gente, incluso a los vacunados, a ponerse la mascarilla en espacios cerrados, pero también se negó a hacer obligatoria la medida.
En promedio en el estado de Nueva York, unas 2,300 personas han dado positivo al COVID-19 la semana pasada, un alza pronunciada comparado con unas 300 a fines de junio. Unos 20 de los 62 condados del estado cumplen ahora con las condiciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) para tener que pedir que la gente se ponga la mascarilla en espacios cerrados.
La contagiosa variante delta comprende un 72% de los nuevos casos del virus en la ciudad de Nueva York.