El hambre aumentará previsiblemente en 23 lugares críticos del mundo en los próximos tres meses, y los lugares con las alertas más altas por situaciones «catastróficas» serán la conflictiva región de Tigray, en Etiopía; el sur de Madagascar; Yemen; Sudán del Sur, y el norte de Nigeria, advirtieron ayer dos agencias de la ONU.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) dijeron en un nuevo informe sobre lugares críticos entre agosto y noviembre que «la aguda inseguridad alimentaria podría seguir deteriorándose».
Ambas agencias encabezaron su lista con Etiopía, y dijeron que se presume que el número de personas que enfrentarán hambre y muerte aumentará a 401,000 —la cifra más alta desde la hambruna de 2011 en Somalia— si no llega asistencia humanitaria con rapidez.
En el sur de Madagascar, una nación que ha sido asolada por la peor sequía en los últimos 40 años, las plagas afectan los cultivos y los alimentos han aumentado de precio, debido a lo cual se prevé que para septiembre 14,000 personas caigan en inseguridad alimentaria aguda y «catastrófica», caracterizada por hambre y muerte. Se prevé que el número se duplique para finales de año, y esas 28,000 personas necesitarán ayuda urgente, señalaron las dos agencias.
En un informe correspondiente a mayo, 16 organizaciones, incluidas la FAO y el PMA, dijeron que al menos 155 millones de personas enfrentaron hambre aguda en 2020, un aumento de 20 millones respecto a 2019. La cifra incluía 133,000 personas que necesitaban alimentos urgentes para impedir que murieran.
«El hambre aguda está aumentando no sólo en escala, sino también en severidad», dijeron la FAO y el PMA en el informe del viernes. «En total, más de 41 millones de personas en el mundo están en peligro de caer en el hambre o en condiciones similares al hambre, a menos que reciban asistencia inmediata para sobrevivir y para su subsistencia».
Ambas agencias, con sede en Roma, hicieron un llamado a la acción humanitaria urgente para salvar vidas en los 23 puntos críticos, y señalaron que la asistencia es especialmente crucial para los cinco lugares con la alerta más alta para impedir hambruna y muerte.
«Este deterioro de las tendencias se debe principalmente a la dinámica de los conflictos, así como a las secuelas de la pandemia de COVID-19», dijeron. «Estas incluyen alzas en los precios de los alimentos, restricciones de movimiento que limitan por igual las actividades de mercado y pastoreo, aumento de la inflación, disminución del poder adquisitivo y una temporada entre cosechas temprana y prolongada».
Según la FAO y el PMA, Sudán del Sur, Yemen y Nigeria continúan en el nivel de alerta más alto, y por primera vez se les suma Etiopía, debido a Tigray, así como el sur de Madagascar.
En Sudán del Sur, dijeron, «la hambruna se presentó más probablemente en partes del condado de Pibor entre octubre y noviembre de 2020, y se prevé que continúe debido a la ausencia de una asistencia humanitaria sostenida y oportuna».
«En Yemen, el riesgo de que más personas enfrenten condiciones similares al hambre quizá fue contenido, pero los avances continúan siendo extremadamente frágiles», dijeron las agencias de la ONU. «En Nigeria, las poblaciones en las zonas afectadas por el conflicto en el noreste podrían estar en riesgo de alcanzar niveles catastróficos de inseguridad alimentaria».
Otros nueve países también tienen un alto número de personas que enfrentan «inseguridad alimentaria crítica», aparejada al agravamiento de factores que causan hambrunas. Estos son: Afganistán, Burkina Faso, Colombia, Congo, Haití, Honduras, República Centroafricana, Sudán y Siria, señala el informe.
Seis países fueron agregados a la lista de lugares críticos desde el informe de marzo de las agencias: Chad, Colombia, Corea del Norte, Myanmar, Kenia y Nicaragua. Otros tres países que enfrentan inseguridad alimentaria aguda son Somalia, Guatemala y Níger.
Venezuela no fue incluida debido a la falta de información reciente, según el documento.