Alfonso Mata
Más que una falta de nueva visión, la negligencia, el olvido, la corrupción, ha caído sobre nuestro sistema de salud, transformando su condición en caótica, dramática y transgresora. Cientos mueren y miles se enferman por causas múltiples evitables, entre las que destaca la falta de acceso a servicios y prestaciones de salud1.
Pueblo y Gobierno seguimos sin entender que la atención primaria de calidad es la base de un sistema de atención médica y que ésta debe ser entendida y atender y colocar sus mejores esfuerzos en la mejora en la atención de pacientes, pero fundamentalmente como mejora de la atención de la salud a la población.
La corrupción es el primer flagelo que se necesita quitarle al sistema actual y eso significa no sólo atender el robo, sino las coimas y el mal uso de recursos o su uso indebido y la mala administración. La presencia dentro del sistema de todos esos estados y condiciones mencionadas; el accionar actual del sistema con todas esas cargas negativas, no le permite la reducción de los costos administrativos y mejor utilización de recursos, ni la mejora las experiencias de los equipos de salud.
El segundo tema necesario de enfocar es el cambio de visión de la atención a la salud a una atención integral, tanto individual como colectiva. Pasar de una atención privilegiada a la salud, a una atención diseñada para todo y todos, con la participación de todos y para que todos la utilicen, a lo largo de su vida: desde parejas recién unidas y casadas y dentro de estas, niños jóvenes adultos sanos o con múltiples comorbilidades e incapacitados. Todo ello en búsqueda de mejoras resultados y más equidad en salud.
Desde la reunión de Alma Ata en la década de los 70s, en que fijo los marcos teóricos referenciales de la atención primaria, se vienen dando recomendaciones comprensivas sobre el tema de mejoras a la salud como una herramienta útil y necesaria al desarrollo humano que en el caso de nuestro sistema de salud han sido o engavetadas o sólo parcialmente implementadas.
Muchas cosas se necesitan para mejorar la organización y funcionamiento del Sistema Nacional de Salud, pero ninguna de mayor importancia que el incremento del gasto nacional en salud y eso con un fin específico: mejorar el sistema de atención primaria de salud. Y eso significa institucionalmente para el IGSS y el MSPAS:
1º Equilibrar inversiones entre curación [atención a enfermos] y prevención [atención a las enfermedades].
2º Asegurar que la atención primaria llegué a personas y familias en las comunidades.
En la actualidad la mayoría de médicos y profesionales de salud que trabajan en el IGSS o MSPAS, dedican su tiempo y para eso son contratados, a atender enfermos. Pero las enfermedades y trastornos a la salud, no cesan de aumentar o no se reducen, porque no se atiende ni las causas ni los riesgos, que son los que provocan que la persona enferme. La soledad del trabajo clínico del médico jamás va a proporcionar niveles de salud óptimos a la población. Luego, la modificación del sistema de atención primaria exige:
1. En lugar de poner énfasis en la presentación de servicios médicos curativos a la comunidad ir más allá: servicios por equipos de atención primaria que atienda enfermos y enfermedades.
2. Que esa atención sea para todos.
3. Formar equipos de atención en los lugares donde viven y trabajan las personas.
4. Diseñar tecnología informática que sirva a la comunidad, al paciente y al personal de salud, para planificación organización, funcionamiento y vigilancia de la atención y que permita su integración funcional.
El sistema de salud de Guatemala, además de complejo es heterogéneo e inequitativo, no sólo en cuanto a disponibilidad, acceso y consumo, sino a calidad. Cada condición señalada en los párrafos anteriores para el buen funcionamiento de la atención primaria, para ser implementado demanda de:
1º Cambios de implementación a varios niveles del sistema nacional [seguro social, medicina privada, atención pública].
2º Un marco de rendición de cuentas; es decir, el establecimiento de una estructura y proceso para evaluar la idoneidad e integralidad de las actividades implementadas.
3º Un marco de políticas públicas de planificación e implementación de la atención primaria que cubra todo el proceso de remodelación de la atención Primaria.
Dentro de la reingeniería que habría que hacer al modelo actual, lo que queda libre de cualquier discusión es el valor e importancia de atender la atención curativa y preventiva. Lo que cae en discusión en los espacios públicos y privados son los planes de su implementación, de las acciones y de sus actores, de sus contenidos y de los compromisos públicos y privados en ello; de las formas de actuar de los niveles macro, micro y meso y de las estructuras de la rendición de cuentas. En fin: de la organización funcionamiento y controles y de la forma de escalar políticas y prácticas que faciliten el programa de atención primaria.
En resumen: nadie se opondrá a que la atención primaria de alta calidad es la base de un sistema de atención médica de alto funcionamiento. A que en estos momentos, es fundamental para lograr el objetivo de la atención médica dentro de un programa nacional de salud, contemplando con ello: mejorar la experiencia del paciente y la salud de la población; reducir los costos y mejorar la experiencia del equipo de atención integral a la salud.
Tampoco creo que tendrá muchos oponentes el que: la atención primaria persigue brindar atención integral, centrada en el cuidado en la persona, pero basada en la atención a las relaciones de las que emana la problemática de la salud: situaciones, condiciones, riesgos, que afectan a los individuos, las familias y las comunidades dentro de un estilo y modo de vida adoptado. Y a una condicionante constitucional a la atención primaria: diseñarla para que todos la utilicen a lo largo de su vida, desde la niñez hasta la tercera edad.
Tampoco se puede ignorar y se debe postular que: sin acceso a una atención primaria de alta calidad, los problemas de salud menores, se suelen convertir en enfermedades crónicas.
Por otro lado, en nuestro sistema de atención primaria, débil en lo preventivo y curativo, la gestión de la atención se vuelve difícil, costosa y descoordinada; las visitas a las unidades de salud de emergencia aumentan; la atención preventiva se retrasa; las incapacidades y los incapacitados crecen y el gasto nacional en atención médica se dispara a niveles insostenibles.
Resulta entonces evidente que las personas con acceso a sistemas de salud con atención primaria de alta calidad, disfrutan de mejores resultados en salud.
1 Es débil el sistema de vigilar y administrar justicia en el actuar público de los servicios de salud, que debería de tener por objeto y fin regular el ejercicio de su accionar, para comprobar o averiguar los hechos delictivos relacionados con la falta de cumplimiento constitucional e institucional, sus circunstancias y determinar las personas responsables y su respectiva culpa, a fin de imponer las penas correspondientes, fijar el resarcimiento de los daños y perjuicios, o declarar la inocencia o exención de los acusados.