NUEVA DELHI/AP
Al menos 113 personas han muerto y 50 resultaron heridas en India en varios días de aludes de tierra e inundaciones provocadas por las fuertes lluvias del monzón en el estado occidental de Maharashtra, mientras los rescatistas trataban de localizar al menos a 100 desaparecidos.
Más de 130.000 personas fueron rescatadas de casi 900 poblados afectados en todo el estado, según Sandhya Garware, vocera del gobierno. Muchos quedaron varados en tejados o sobre autobuses en las autopistas. La Marina india dijo haber desplegado helicópteros para evacuar a personas varadas y enviado equipos de rescate con botes a la región.
Uno de los poblados más afectados era Talai, 270 kilómetros (168 millas) al sur de Mumbai, la capital del estado de Maharashtra y núcleo financiero y de entretenimiento.
El poblado de 59 hogares quedó sepultado por un enorme alud de tierra el jueves, según el funcionario estatal Sagar Pathak. Los rescatistas encontraron dos cuerpos más el domingo, lo que elevó a 42 el número de vecinos fallecidos, con aproximadamente otros tantos aún desaparecidos. El mal tiempo, el terreno difícil y la gran cantidad de escombros dificultaban los esfuerzos de rescate, dijo Pathak.
Las autoridades desplegaron a cientos de rescatistas a las zonas afectadas para localizar a desaparecidos y poner a salvo a las personas varadas, con la asistencia de decenas de soldados.
Los desastres provocados por aludes de tierra e inundaciones son habituales en India durante la temporada del monzón entre junio y septiembre, cuando los aguaceros debilitan los cimientos de estructuras a menudo mal construidas. El monzón es crucial para las cosechas plantadas durante la temporada, pero a menudo causa graves daños y deja docenas de muertos cada año.
Más de 30 personas murieron el fin de semana pasado en aludes de tierra provocados por las fuertes lluvias en Mumbai y alrededores.
Los expertos dicen que las intensas lluvias en la costa occidental encajan con los cambios en los patrones de precipitaciones registrados en la región en los últimos años debido al cambio climático, ya que el calentamiento del Mar Arábigo impulsa más ciclones y lluvias intensas en pequeños periodos de tiempo.