Alfonso Mata
Acceso y capacidad para comprender, información relacionada con la salud mental y sus padecimientos, apoyo multidisciplinario, son requisitos para atender la problemática relacionada con la salud mental. Acentuación en intensidad, reaparición, nuevo e inusitado son condiciones que afligen al padeciente y su familia. Ambas cosas demanda de atención.
Lo que hace la gente usualmente
Desde tratamientos de autoayuda, obtener información sobre el problema y los servicios disponibles (periódicos, revistas, noticieros), buscar el apoyo de un amigo cercano y / o familiar y unirse a un grupo de autoayuda, acercarse a tratamientos médicos y naturales, salir, tomar vitaminas minerales y más, se consideran sistemáticamente como opciones de tratamiento útiles y aceptables.
El público en general cree que existen tratamientos profesionales eficaces disponibles para las personas, incluida la terapia familiar, la terapia cognitivo-conductual, el asesoramiento y la psicoterapia en general. Las consultas con médicos generales, consejeros, psicólogos y nutricionistas también se ven favorablemente, mientras que se muestra ambivalencia acerca de ver a un psiquiatra y el uso de medicamentos recetados.
Lo que piensan los profesionales y los pacientes
Los profesionales ven en el buen resultado del tratamiento, que lo más útil es el fomento de una relación terapéutica sólida y el uso de un enfoque colaborativo/centrado en el cliente. Entre los profesionales de la salud, como los médicos generales, el uso de la terapia cognitivo-conductual, los antidepresivos, la terapia familiar, el asesoramiento dietético y de actividad física y las habilidades de afrontamiento son apreciadas y respaldadas y son afines a menudo a que se integren diferentes terapias dentro de un enfoque ecléctico, a diferencia del tratamiento único, para permitir la flexibilidad y la adaptación del tratamiento a las necesidades individuales del cliente de la situación y condición del padeciente. De igual manera, consideran que el trato individualizado y participación en el tratamiento de miembros de la familia, suele ser indispensable.
Los aspectos del tratamiento profesional que con mayor frecuencia perciben como inútiles las personas con problemas de salud mental son: las actitudes negativas de los miembros del personal de salud, la falta de atención individualizada, y un énfasis excesivo en el peso de lo que se ordena sin compartir pros y contras. Muchos se quejan de la ansiedad profesional, y la mala organización de un equipo de atención integral, que muchas veces entra incluso en contradicciones.
Las trampas en la búsqueda de atención
Lo cultural es la principal barrera a vencer para el que padece de trastornos en su salud mental. Dentro de esto, no sorprende la baja aceptación de la atención de parte de las personas y la investigación suele relacionar esto con las actitudes y creencias que primero son propias y limitan la búsqueda de ayuda.
El estigma
Al igual que con otras condiciones médicas, las personas encuentran actitudes y creencias estigmatizantes entre el público, que no solo reducen la probabilidad de que busque ayuda cuando se necesita, sino que también agravan los niveles ya altos de angustia y deterioro en el funcionamiento de roles de manera más general y eso afecta desde niños hasta adultos. Además, las actitudes de este tipo, tienden a ser más comunes entre los hombres que entre las mujeres, en particular entre los hombres jóvenes. Si bien los hallazgos de algunos estudios sugieren que el contacto con personas con padecimiento similar, puede aumentar la empatía y disminuir las actitudes negativas, la carencia de programas de contactos de tal naturaleza es una limitante en la mayoría de servicios de atención en salud mental.
El estigma entre los hombres con padecimientos puede incluir ser vistos como «menos hombres» y el estigma más frecuente puede estar asociado con niveles más altos de psicopatología, deterioro y mayor renuencia a buscar tratamiento. En nuestro medio, la percepción cultural de que los problemas en salud mental son problema predominantemente femenino es tal, que los hombres jóvenes pueden ser menos propensos a reconocer los comportamientos que tienen como característicos de un padecimiento y, a su vez, es menos probable que busquen tratamiento.
Los profesionales de la salud, incluidos médicos generales, enfermeras y psicólogos, también pueden tener actitudes estigmatizantes hacia los pacientes, que incluyen sentirse incómodos al tratar, dificultad para empatizar y frustración al tratar con estos pacientes y que el paciente rápidamente detecta. Las mujeres profesionales de la salud, tienen actitudes menos negativas hacia las personas con padecimientos de salud mental que los médicos varones.
Los servicios de atención a la salud
También se ha encontrado que la experiencia previa negativa de la atención brindada por los servicios y del tratamiento, resta valor a la probabilidad de futuras búsquedas de ayuda. En comparación con las personas sanas, las personas con síntomas de padecimiento mental creen que tenerlos carece de importancia y es aceptable o deseable ocultarlos y no están dispuestos a buscar consejo o tratamiento, porque no quieren que se enteren sobre su estado. El ocultamiento suele aumentar la ansiedad.
Los pacientes también informan que algunos profesionales de la salud carecen de conciencia y/o comprensión del trastorno que les aqueja y que la preocupación por una reacción negativa por parte de estos profesionales, dificulta la relación terapéutica. Por ejemplo, en el paciente con padecimientos crónicos, que son los que más se quejan de esto, han informado recibir consejos inútiles e insensibles de los proveedores de servicios. Además, el propio personal especializado, ha informado experiencias negativas con los médicos generales y otro personal de salud, en términos de falta de comprensión de los servicios y las opciones de tratamiento incompletas o deficientes que estos dan.
El profesional debe estar consciente de que el estigma percibido entre las personas con padecimiento puede extenderse a los miembros de la familia. Una mayor comprensión de la enfermedad por los familiares, se asocia con una mayor confianza en estos hacia el enfermo y mejora las relaciones familiares. En muchos estudios, tanto los pacientes como los padres y familiares, creen que la dinámica familiar merece una mayor atención en la investigación sobre origen, evolución y tratamiento adecuado “de los males del espíritu”.
Se conoce de igual forma que las personas con trastornos mentales a veces suelen encontrar «beneficios» percibidos de su mal (por ejemplo, evitar las emociones contactos, regaños, obligaciones), lo que puede proporcionarles un sentido interno de dominio y valía) pero también miedo a perder estos beneficios actuando todo ello como barrera para el tratamiento.
Los factores que conducen a la búsqueda de ayuda deben ser plenamente considerados por los terapistas e incluyen exploración de: preocupaciones de todo tipo, sentimientos de depresión y ansiedad, mayor gravedad de los síntomas y / o deterioro, la necesidad percibida de reducir las quejas somáticas, un mayor deseo de mejorar y el estímulo de la familia y amigos.
En el caso de niños y jóvenes es usual que los maestros informen sentirse incómodos y/o tímidos al hablar con los estudiantes sobre los problemas de salud mental e incluso suelen expresar la necesidad de recibir más capacitación para ayudar a sus educandos en los en los esfuerzos de prevención e intervención temprana. De manera similar, muchos guías espirituales no se sienten seguros para identificar los trastornos de salud mental entre sus feligreses, les resultaba difícil iniciar conversaciones con ellos y guiarlos y suelen sentirse frustrados por la percepción de falta de apoyo disponible. En este campo el trabajo y la investigación se hacen necesarios.