El anuncio de una nueva donación de Estados Unidos, esta vez de 3 millones de dosis de vacunas para el Covid-19, nos obliga en realidad a ser más agradecidos porque la misma llega en medio de un pico de contagios que parece inatajable y cuando el país no ha logrado más que una mísera cantidad de las que supuestamente fueron compradas con los recursos públicos entregados a entidades rusas que se han burlado de la necesidad de disponer de medios para inmunizar a la gente. Por supuesto que el gobierno tiene que presumir y como no puede hacerlo con sus compras, sale a afirmar que la donación es resultado de las excelentes relaciones que mantienen con Estados Unidos, país de donde han venido sucesivas misiones, empezando por la de la vicepresidenta Harris, quienes han hecho énfasis en la necesidad de que se frene la corrupción que se propaga aún más rápidamente que el Sars-Cov-2.
La gente que logre vacunarse con esta donación estará menos expuesta a la muerte que aquellos que tienen que esperar, tristemente, a que se concrete el envío de las vacunas rusas o que se complete el envío de las vacunas AstraZeneca que hoy por hoy faltan para completar las dos dosis necesarias para dar inmunidad completa. El fin de semana fue de angustia no sólo para los pacientes que no lograron ser atendidos en la red hospitalaria sino también para el personal que labora específicamente en las áreas de Covid y que están saturadas con personal al límite, desbordado por la creciente y trágica demanda.
Si en todos lados se ha reconocido como héroes a ese personal de primera línea, mucho más tiene que ser con los de Guatemala que sin disponer al cien por ciento de todo lo necesario para trabajar luchan afanosa y desesperadamente por evitar más muertes, sin que todo el tiempo puedan salvar vidas.
Mientras no dispongamos de medios de inmunización suficientes estaremos soportando ese duro ciclo de muerte que tanto nos entristece a todos, sobre todo porque estamos por llegar al mes de agosto y desde enero se empezó mundialmente la vacunación, mientras que Guatemala se entretuvo, sospechosamente, sin avanzar con diversos proveedores para ir a caer con los rusos que se burlan de la tragedia que estamos viviendo.
No cabe la menor duda que se hubiera podido lograr mucho si se agilizan los procesos de negociación y compra de vacunas. ¿Por qué se entretuvo tanto la nigua y paramos con el sucio negocio ruso? Que cada quien saque sus conclusiones.