El candidato presidencial peruano Pedro Castillo dijo ayer que el país necesita una nueva Constitución, reiterando así una de sus principales promesas de campaña en una semana decisiva en la que podría ser nombrado mandatario.
Castillo escribió en su cuenta de Twitter que «el Perú del Bicentenario merece una Constitución forjada desde el diálogo, la reconciliación y el compromiso con la dignidad de todos/as. Una Constitución impulsada por su noble pueblo y aprobada en democracia, sin amenazas golpistas».
Indicó que con una nueva carta magna «avanzaremos seguros dentro del cauce democrático para terminar con la histórica discriminación que sufren nuestros pueblos andinos, amazónicos, afrodescendientes y nuestras poblaciones vulnerables a la violencia machista, clasista y racista».
Si Castillo es nombrado presidente, se convertirá en el mandatario del Bicentenario de la independencia peruana alcanzada en 1821 tras dejar de ser colonia del reino español por casi 300 años. Sería también el primer presidente de origen campesino en llegar a la presidencia.
Castillo comentó que su eventual gobierno «priorizará un crecimiento que no se aparte del desarrollo social y de la reconquista de derechos laborales, ecológicos, sociales y económicos, para que los peruanos/as dejemos de subsistir y podamos vivir dignamente».
Los expertos afirman que, para iniciar una asamblea constituyente y redactar una nueva Constitución, el próximo presidente tendría que conseguir un importante apoyo del siguiente parlamento para modificar un artículo de la actual Constitución, promulgada en 1993, que permita después el nacimiento de esa asamblea.
El profesor izquierdista quedó primero tras el conteo del 100% de las actas electorales con 50.126%, apenas 44.263 votos por encima de la derechista Keiko Fujimori, quien obtuvo 49.874%.
La proclamación de Castillo como ganador de los comicios del 6 de junio se frenó de forma inédita porque Fujimori pidió anular miles de actas electorales del profesor, acusándolo de orquestar un fraude, pero sin presentar pruebas. El Tribunal electoral espera proclamar al ganador en los próximos siete días.
Estados Unidos, la Unión Europea y 14 misiones electorales afirman que las elecciones fueron limpias. Sin embargo, un grupo de partidos políticos tradicionales ligados a la centroderecha se han unido a Fujimori para reclamar un fraude que no han demostrado.
El martes, Julio Castiglioni, abogado de Fujimori en temas electorales, admitió que los pedidos de anulación presentados ante el tribunal no lograrán remontar el resultado que favorece a Castillo.
Aunque Castillo no ha sido declarado ganador, en la práctica ya está ejerciendo algunas funciones presidenciales. El jueves publicó dos fotos junto al embajador de China en Perú, Liang Yu, y añadió en Twitter que la reunión fue «para priorizar los lazos de hermandad y cooperación entre ambos países». China es el principal socio comercial de Perú y el destino principal del cobre que se extrae de los Andes. Perú es el segundo productor mundial del metal rojo.
Fujimori, hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), ha indicado que no reconocerá el triunfo de Castillo. Si pierde, será la tercera derrota que sufre en sus aspiraciones de ser presidenta de Perú.
Después de que el tribunal electoral proclame al ganador, éste gobernará durante cinco años a partir del 28 de julio.