Ayer fue un día especial por dos récords que marcan el rumbo de Guatemala. Por un lado fue el día en el que se reporta mayor número de contagios y por el otro las autoridades del Banco de Guatemala informan que junio del 2021 se convirtió en el mes en que se ha recibido la mayor cantidad de divisas producto de las remesas familiares que los migrantes envían al país, elemento que es clave a la hora de entender cómo es que, sin política económica digna de tal nombre, se mantiene un modesto pero efectivo crecimiento de su economía.
El primer caso, el del nivel de contagios, es obra principalmente de las autoridades que han sido incapaces de manejar la pandemia, sobre todo desde la perspectiva de la vacunación en la que nos hemos quedado rezagados por el oscuro negocio que se hizo con Rusia y que ahora el embajador de ese país defiende a capa y espada sin que por ello vengan las Sputnik ofrecidas. No se ve forma de detener el alza de los contagios, no obstante que no se puede cuestionar en la información oficial porque se sabe que hay muchos municipios en los que no hay forma de hacerse pruebas. El caso es que ese nivel de contagios ha saturado ya, por mucho, el sistema hospitalario y el personal que atiende a los pacientes está al borde del colapso, mientras en el gobierno no hay ninguna muestra de que el tema les preocupe y ocupe para diseñar alguna estrategia efectiva.
El otro tema tampoco es una novedad porque mes a mes vamos viendo cómo las remesas se convierten en el pilar de nuestra economía y que todo crecimiento gira a su alrededor. Pero más que eso, son las remesas las que permiten subsistir a millones de personas que dependen de lo que mensualmente pueden enviar sus familiares que han emigrado para devengar salarios de los que buena parte se traduce en remesas. Por supuesto que en medio de su megalomanía realmente torpe, el presidente dirá que él es el artífice de ese crecimiento económico, no obstante que si algo compromete el futuro económico es la incapacidad de Giammattei porque en la medida en que siga avanzando la pandemia no habrá forma de generar crecimiento más allá del que producen las remesas.
Hemos dicho que da pena escribir sobre situaciones tan negativas, pero tristemente es nuestra realidad y tenemos que encararla si pretendemos cambiar de alguna manera. Es posible, seguro, pero hace falta un compromiso claro de toda la ciudadanía.