Juan José Narciso Chúa

El ocaso de una democracia, tal como fue construida la nuestra, es, hoy más que nunca, evidente. Cumplir con las formas que la democracia exige es, en la coyuntura actual, insuficiente. El agotamiento de un modelo arropado de democracia y supuesta legalidad, pero arreglado o hecho a la medida para favorecer a grupos minoritarios, parece que llegó al final.

Hoy, la situación presenta los síntomas de mayor deterioro que hasta ahora no se habían visto en términos de gobernabilidad. Las élites económicas, los partidos políticos, los grupos de abogados interesados, los militares de la guerra fría, los diputados oportunistas y funcionarios sin visión de país, han llevado al extremo las tensiones de un modelo que muestra señales evidentes de agotamiento.

Este proceso de deterioro, en la actualidad se concibió en el marco de una alianza perversa entre oligarcas y empresarios sin visión de cambio; políticos ignorantes y torpes, funcionarios corruptos, y militares interesados en mantener sus privilegios, para ello tomaron todas las instituciones. Primero, las del ejecutivo. Segundo, las entidades de control (Contraloría General de Cuentas, Tribunal Supremo Electoral, Procuraduría General de la Nación). Tercero, se apropiaron de las instituciones de justicia (Corte Suprema de Justicia, Corte de Constitucionalidad y Ministerio Público) e igualmente desafiaron las presiones de la actual administración estadounidense.

Todavía hoy intentan aplacar a las voces disonantes de jueces y magistrados valientes y valiosos como los jueces Gálvez, Aifán, Xitumul y Barrios y contener, por parte de la propia y vergonzante fiscal general, el trabajo de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad, conducida por el valiente fiscal Juan Francisco Sandoval. En estos mismos momentos también se encuentran preparando en el Congreso de la República, la forma para quitar del cargo al actual Procurador de los Derechos Humanos, quien ha hecho un papel desafiante a este sistema corrupto e impune.

Los desafíos que la coyuntura ha desvelado y que se necesitan transformar para construir un nuevo futuro se centran en cambiar y en transformar. Los cambios demandan una visión de futuro. Las reformas a la Ley Electoral construidas desde las legítimas aspiraciones de grupos que luchan democráticamente desde la oposición y otros grupos como el CEN, constituye un aspecto imprescindible.

Se demanda una depuración de los organismos de Estado, esta es una condición imprescindible para delinear un futuro distinto. Esto es una exigencia democrática. La solicitud de renuncia no daña la institucionalidad, ni afecta la estabilidad del bolsillo de las personas, como ha referido la propia CIG y sus corifeos. La democracia implica atender la presión que ejercen o ejercemos todos los que consideramos que el punto de inflexión llegó y debe comprenderse que el momento obliga a cambios.

No se puede construir una economía sana sobre la base de privilegios y connivencias o bien sobre exenciones o exoneraciones fiscales. Tampoco la economía puede superar sus niveles actuales si se continúa sin una ley de competencia de carácter y manejo técnico, postergar esta ley únicamente ha mostrado una economía que crece pero que no favorece el desarrollo económico, ni pone en el centro de la misma a la persona individual.

No se puede continuar sobre una senda que construye más un esquema parecido a Nicaragua que engulle a cualquier candidato opositor y construye un fascismo y destruye la sociedad. La persecución de periodistas, el ataque a activistas y la emisión de una ley como la del control de las ONG son muestras palpables que se continúa erosionando el piso mínimo de una democracia.

El futuro demanda cambios y transformaciones y eso se debe cimentar hoy, para mañana o en la gradualidad engañosa, puede ser demasiado tarde.

Juan José Narciso Chúa

juannarciso55@yahoo.com

Guatemalteco. Estudió en el Instituto Nacional Central para Varones, se graduó en la Escuela de Comercio. Obtuvo su licenciatura en la USAC, en la Facultad de Ciencias Económicas, luego obtuvo su Maestría en Administración Pública INAP-USAC y estudió Economía en la University of New Mexico, EEUU. Ha sido consultor para organismos internacionales como el PNUD, BID, Banco Mundial, IICA, The Nature Conservancy. Colaboró en la fundación de FLACSO Guatemala. Ha prestado servicio público como asesor en el Ministerio de Finanzas Públicas, Secretario Ejecutivo de CONAP, Ministro Consejero en la Embajada de Guatemala en México y Viceministro de Energía. Investigador en la DIGI-USAC, la PDH y el IDIES en la URL. Tiene publicaciones para FLACSO, la CIDH, IPNUSAC y CLACSO. Es columnista de opinión y escritor en la sección cultural del Diario La Hora desde 2010

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