En una soleada mañana de junio, una docena de dolientes se reunieron junto a una tumba recién cavada para enterrar a cuatro personas que quedaron en el limbo mientras la ciudad de Nueva York contenía al COVID-19.
Las víctimas eran apenas una muestra de los cientos de cadáveres que descansaban en una morgue temporal que la ciudad habilitó en lo álgido de la pandemia el año pasado y en donde aún permanecen unos 200 cuerpos, no todos víctimas del coronavirus.
La morgue temporal es un terreno enrejado en un muelle en una zona industrial de Brooklyn alejado de la vista y mente de muchas personas mientras Nueva York celebra su avance ante la pandemia, incluso con fuegos artificiales. Pero la instalación, que la ciudad planea cerrar al finalizar el verano, sigue siendo un recordatorio de las pérdidas, turbulencias y dolorosas decisiones que hubo que tomar debido al coronavirus.
James Brown, George Davis, Diane Quince y Charles Varga murieron de diferentes causas entre tres y nueve meses antes de su entierro a mediados de junio en el espacioso cementerio Ocean View de Staten Island. Los funcionarios no encontraron a contactos cercanos.
«Pero sabemos que vivieron con amigos y familiares», dijo Edwina Frances Martin, administradora pública de inmuebles en Staten Island, a un puñado de los amigos de Brown y voluntarios que asisten a dichos funerales. «Porque ahora son parte de nuestra familia. Y nosotros somos parte de la de ellos».
Algunos neoyorquinos están preocupados de que varios centenares de cuerpos más en la morgue esperan ser enterrados.
«Todavía esperan estos cuerpos, ¿para qué?», pregunta Kiki Valentine, una ministra y asistente de servicios funerarios de Brooklyn, quien le escribió a funcionarios para buscar una explicación y medidas propuestas que considera que pudieran ayudar, como publicar obituarios de los fallecidos.
En algún punto de abril de 2020, las muertes debido al coronavirus superaron las 800 al día en la ciudad —el número de decesos es en promedio de 150 al día, incluyendo todas las causas— y saturaron la morgue temporal que se abrió ese mes para darles a los familiares más tiempo para organizar funerales. Actualmente no hay norma que dicte cuánto tiempo pueden permanecer los cuerpos en la instalación temporal.