El presidente Vladimir Putin reveló que a principios de este año recibió la vacuna Sputnik V, desarrollada en su país, al recalcar la importancia de inocularse en medio de un repunte de nuevas infecciones y muertes por COVID-19 en Rusia.
Durante un programa anual de televisión en el que el mandatario responde a preguntas de los internautas, Putin expresó su esperanza de que la campaña de vacunación pueda evitar un nuevo cierre nacional de actividades.
Rusia reportó el miércoles 21.042 casos nuevos y 669 muertos en un día, que son cifras similares a las que el gobierno ha estado reportando diariamente desde el 24 de junio. La nueva cantidad de muertes reportadas marcó otro récord para el país en un solo día.
Aunque se reafirmó en su postura de que la vacunación debe ser voluntaria, Putin insistió en que las decisiones de las autoridades locales en varias regiones de Rusia —que hicieron obligatorias las inyecciones para algunos trabajadores—eran acordes a la ley y necesarias para contener el rebrote y evitar un confinamiento nacional.
Las “acciones de nuestros colegas en algunas regiones van dirigidas a evitar la necesidad de una cuarentena, en la que cierran empresas enteras y la gente se queda sin su trabajo, sin su salario”, dijo el mandatario.
Las autoridades rusas han atribuido el repunte, que comenzó a principios de junio, a la actitud relajada de los rusos a la hora de tomar precauciones, a la creciente prevalencia de variantes más contagiosas y al lento avance de las vacunaciones. Aunque Rusia fue uno de los primeros países en anunciar y distribuir una vacuna contra el coronavirus, poco más del 15% de su población ha recibido al menos una dosis.
Las autoridades reguladoras rusas autorizaron la Sputnik V en agosto de 2020 y fueron criticadas, tanto dentro como fuera del país, porque el fármaco sólo se había probado en unas decenas de personas en ese momento. Sin embargo, las críticas se vieron silenciadas por un reporte en la prestigiosa revista médica británica The Lancet, publicado este año y que recogía que los ensayos a gran escala habían mostrado la seguridad de la vacuna, con una tasa de eficacia del 91% contra el virus.
Putin dijo que había eludido decir cuál vacuna había elegido de las tras desarrolladas en Rusia que estaban disponibles en ese momento.
“En efecto me han pedido que no diga qué vacuna recibí para no crear ventajas competitivas para una u otra”, dijo Putin en el programa del miércoles. “Pero veo que hay muchas preguntas”.
Putin recibió su primera dosis a fines de marzo y la segunda a mediados de abril, ambos fuera de la vista pública.
El presidente ruso dijo el miércoles que no había consultado a sus médicos al respecto, sino que consideró las decisiones que habían tomado sus conocidos, y que se había inclinado por la Sputnik V, que proporcionaba la protección más duradera contra el virus, informó.
“Especialmente porque nuestras fuerzas armadas están siendo vacunadas con la Sputnik V, y yo soy el comandante en jefe, después de todo”, dijo riendo.
En medio del repunte, 18 regiones rusas —de Moscú a San Petersburgo y a la remota región oriental de Sakhalin— han hecho obligatoria la vacuna este mes para los empleados de varios sectores, como oficinas del gobierno, comercio minorista, salud, educación, restaurantes y otros servicios.