Muchos de los muertos fueron encontrados solos, en casas sin aire acondicionado ni ventiladores. Algunos eran muy grandes de edad: una tenía 97 años. Un inmigrante guatemalteco, que era trabajador agrícola, fue hallado sin vida en un vivero en Oregon.
Luego de que los meteorólogos advirtieron el fin de semana sobre una ola de calor sin precedentes en el noroeste de Estados Unidos y el oeste de Canadá, las autoridades instalaron centros para refrescarse, distribuyeron agua entre indigentes y tomaron otras medidas similares. Sin embargo, se cree que centenares de personas fallecieron de viernes a martes.
Una alerta de calor excesivo continuaba en vigor ayer en partes del noroeste de Estados Unidos y el oeste de Canadá.
La cifra de muertos tan sólo en Oregon alcanzó 79, dijo ayer el forense estatal, y la mayoría correspondieron al condado Multnomah, que abarca Portland.
En Canadá, la directora forense de Columbia Británica, Lisa Lapointe, dijo que su oficina recibió informes de al menos 486 decesos «repentinos e imprevistos», del viernes al miércoles en la tarde. Habitualmente unas 165 personas fallecerían en la provincia en un periodo de cinco días, apuntó.
Agregó que es demasiado pronto para afirmar con certeza cuántos fallecimientos estuvieron relacionados con las altas temperaturas, aunque es probable que la mayoría se deban al calor.
Las autoridades del estado de Washington han vinculado más de 20 decesos al calor y consideran posible que aumente la cifra.
En el condado Mulnomah, de Oregon, la edad promedio de las víctimas era de 67 años, y la más vieja tenía 97, según la directora de salud, Jennifer Vines.
En entrevista telefónica el jueves, Vines manifestó que le preocuparon los pronósticos del clima. Las autoridades intentaron prepararse lo mejor que pudieron, y convirtieron nueve bibliotecas del condado dotadas de aire acondicionado en centros para refrescarse.
De viernes a lunes, 7.600 personas se refrescaron en medio de estantes con libros. Otras se refugiaron del calor en tres centros similares más. Casi 60 equipos buscaron a indigentes para entregarles agua y electrolitos.
«Hicimos un recorrido por el condado para acciones de atención, y mediante llamadas pedimos a los administradores de edificios residenciales de personas de bajos ingresos que checaran a sus residentes», señaló Vines.
Sin embargo, estas acciones fueron insuficientes, señaló. «Es de verdad grave conocer estos números iniciales (de fallecidos)».
El director de la Oficina de Gestión de Emergencias de Oregon, Andre Phelps, coincidió. «Es desgarrador enterarse de la trágica pérdida de vidas por la reciente ola de calor. Como administrador de emergencias y como habitante de Oregon, es devastador que alguien no pudiera acceder a la asistencia que necesitaba durante una emergencia», declaró.
Entre los fallecidos estaba un trabajador agrícola que se desvaneció el sábado y fue encontrado sin vida por sus compañeros en un vivero en la localidad rural de St. Paul, en Oregon. Los trabajadores movían líneas de irrigación, dijo Aaron Corvin, portavoz de la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional de Oregon (Oregon OSHA).
Oregon OSHA, cuya base de datos indicaba que el fallecimiento estuvo relacionado con el calor, investiga al contratista rural Andrés Pablo Lucas, así como a Ernst Nursery and Farms, que no respondieron el jueves a una solicitud para que hicieran declaraciones.
El trabajador agrícola Pedro Lucas dijo que el fallecido era su tío, Sebastián Francisco Pérez, de Ixcán, Guatemala. Había cumplido 38 años el día antes de su muerte.
Lucas, primo del contratista rural, fue llamado para que se presentara al lugar. Para cuando llegó, su tío estaba inconsciente y agonizaba. El equipo de una ambulancia intentó reanimarlo pero no tuvo éxito. Lucas dijo que Pérez estaba acostumbrado a trabajar en el calor y que la familia aguarda ahora el informe de la autopsia.
La ola de calor de esta semana fue causada por lo que los meteorólogos describieron como un domo de alta presión sobre el noroeste y empeorada por el cambio climático provocado por el hombre, que está haciendo que estos fenómenos meteorológicos extremos sean más probables y más intensos.
Seattle, Portland y muchas otras ciudades batieron récords históricos de calor, con temperaturas que en algunos lugares superaron los 46 grados Celsius (115° Fahrenheit).