Un grupo indígena de la provincia canadiense de British Columbia dijo ayer que una búsqueda con radar de penetración subterránea encontró 182 restos humanos en tumbas sin marcar en un sitio cercano a un antiguo internado para niños indígenas que fueron separados de sus familias.
La información se dio a conocer tras otros dos reportes de hallazgos masivos en otras dos escuelas similares operadas por la Iglesia, una con más de 600 tumbas sin marcar y otra con 215.
La nación indígena Lower Kootenay dijo en un comunicado de prensa que comenzó a usar la tecnología el año pasado para explorar un sitio cerca de la ciudad de Cranbrook que está cerca de la escuela religiosa St. Eugene, que fue operada por la Iglesia católica desde 1912 hasta principios de la década de 1970. Agregó que halló los restos en tumbas sin marcar, unas a aproximadamente un metro (3 pies) de profundidad.
El comunicado indica que se cree que los restos son de personas de clanes de la nación indígena Ktunaxa, que incluye a Lower Kootenay, Aqam, y otras comunidades indígenas circundantes.
La Lower Kootenay dice que está en las primeras fases de recepción de información de los informes sobre lo que se ha encontrado y le pide al público respetar su privacidad,
La semana pasada, el jefe Cadmus Delorme, de la nación indígena Cowessess, dijo que un radar de penetración subterránea dio 751 «hits», lo que indica que hay al menos 600 cuerpos enterrados en el Internado Indígena Marieval, que funcionó de 1899 a 1997 en el lugar donde se encuentra ahora la nación indígena Cowessess. Se cree que el cementerio tiene los cuerpos de niños y adultos, e incluso personas que no eran miembros de la comunidad que asistían a la iglesia ahí.
Unas semanas antes de ese descubrimiento, se encontraron lo que se cree que son los restos de 215 menores en otro antiguo internado en Kamloops, British Columbia.
La Conferencia de Obispos Católicos de Canadá indicó que el papa Francisco ha acordado reunirse en diciembre con los sobrevivientes indígenas de los infames internados de Canadá para pedir una disculpa por la participación de la Iglesia católica en el maltrato y las muertes.