Rusia y China renovaron ayer un pacto de amistad firmado hace 20 años, afianzando su alianza en medio de tensiones con Occidente.
En videoconferencia con el presidente chino Xi Jinping, el mandatario ruso Vladimir Putin declaró que el tratado firmado en julio de 2001 en Moscú ha llevado a las relaciones entre los dos países a «alturas sin precedente» y será prorrogado por otros cinco años.
La coordinación entre Rusia y China en el ámbito internacional «ha desempeñado un papel estabilizador en los asuntos globales», expresó el presidente ruso.
Por su parte, Xi destacó la importancia de una «cooperación estratégica» entre Moscú y Beijing para defender sus intereses comunes en el ámbito internacional. Agregó que los dos países están defendiendo «un verdadero multilateralismo y la justicia global».
Putin y Xi han desarrollado una buena relación personal al tiempo que han impulsado una «alianza estratégica» entre sus dos países, en momentos en que aumenta la competencia con el Occidente por una mayor influencia en los asuntos mundiales. Si bien tradicionalmente Rusia y China han desestimado forjar una alianza militar, el año pasado Putin declaró que eso no se puede descartar del todo.
En la llamada del lunes, Putin felicitó a Xi por el centenario del Partido Comunista Chino, afirmando que China ha alcanzado «nuevos logros en el desarrollo socioeconómico del país» y recordando el apoyo soviético a los comunistas chinos.
Rusia conmemoró el centenario compartiendo con China documentos históricos sobre la antigua alianza soviética-china.