David Enríquez, conocido también como “White Weapon”, es un luchador de artes marciales mixtas (MMA por sus siglas en inglés) que se ha desarrollado principalmente en el Jiu-Jitsu y boxeo. El 11 de junio de este año ganó su primera pelea internacional en Tijuana, México en la 27 edición del campeonato UWC. Para Enríquez su éxito reciente se resume a tres palabras: disciplina, esfuerzo y actitud.
David se define a sí mismo como un joven con valores definidos, quien busca estar bien con sí mismo y su trabajo. “Soy determinado, no me gusta enfocarme mucho en lo que los demás quieren para mí o lo que piensan que es bueno para mí porque yo sé que al final del día la persona que más me conoce”, indicó.
Estos fundamentos básicos de su vida diaria se han transferido en sus entrenamientos, para él su vida personal y su vida como deportista son dos ámbitos muy diferentes pero que al mismo tiempo se complementan. “Si ya estás haciendo las cosas bien en un campo de tu vida y sos disciplinado con eso, esos mismos valores son más fácil que se transmitan a otras áreas de tu vida. Me considero una persona determinada, motivada por hacer un cambio y así mismo soy como deportista entonces por eso mismo se me hace que hay congruencia en que todo se complementa”, describió el joven.
EL RECORRIDO INICIÓ COMO UNA CURIOSIDAD
El luchador describió que muchos jóvenes comienzan con el deporte a raíz de problemas de acoso o bullying, pero aceptó que sus orígenes se remontan a la simple curiosidad de saber cómo era un deporte de contacto. “A los quince años tuve la intriga de saber qué era practicar una disciplina fuerte, un deporte de contacto”, mencionó el joven.
Él también se describió como una persona deportista desde siempre. “En nuestra cultura aquí en Guate se enfocan mucho en el fútbol soccer y pues sí tuve mi época de eso, pero no me gustaba porque había mucho interés, había mucho ‘cuello’, como le decimos aquí en Guate”, agregó. “Yo quería algo en lo que estuviera bien disciplinado y que yo mismo pudiera sacar mi mérito entonces me interesó el box”.
Por ello a los dieciséis años asistió a un gimnasio de Artes Marciales Mixtas. “Desde el primer día me quedé con mi sensei, que es Erick Ruano -mismo que lo apodó como White Weapon- y hasta el día de hoy sigo con él; desde los 16 o 17 años empezó mi entrenamiento directamente de MMA”, detalló.
“Algo que me gusta de las artes marciales mixtas es que no te aburrís tanto porque siempre tenés posibilidades de practicar diferentes disciplinas, digamos un día quiero hacer Jiu-Jitsu, que es más como juego de piso, lucha; otro día quiero hacer más kickboxing, más golpes, otro día cardio y tenés que hacer de todo. Es algo bonito de este deporte y me gustaría que la gente sepa eso también para que lo vayan tomando en consideración para practicarlo. Hay mucho estigma con esto de que es muy violento y así pero también hay muchas cosas buenas”, dijo White Weapon.
David Enríquez ha entrenado desde siempre con entidades privadas, en puntuales ocasiones se avocó a la federación de lucha, pero desde su adolescencia se ha formado más con el Sensei Erick Ruano. Debido a la pandemia su ritmo de entrenamiento cambió, pues según explicó comenzó a entrenar en casa y a instalar un gimnasio básico.
“Yo en lo que más confío es en el trabajo de uno mismo, uno se tiene que saber adaptar a la situación y la pandemia mantuvo por mucho tiempo cerrados los gimnasios y pues yo no me detuve y seguí entrenando, fue un año muy duro de hecho, le metí mucho a las pesas porque eso era lo que más tenía de accesibilidad. Igual cuando alguien no está, digamos tu entrenador o tu compañero es que tú sigas entrenando; lo más importante es ser independiente en cuanto a los entrenos”, declaró.
ES UN RECORRIDO DE PERSEVERANCIA
Para David el camino de éxito de muchos luchadores ha sido un largo recorrido de superación personal, incluso refirió que varios provienen de contextos de escasos recursos.
“En cuanto a estos deportes, si miras al box toda la gente que subió a la cima, los mejores vienen de escasos recursos y es porque ellos mismos lo buscan con hambre y esa es la clave. Si estás determinado en hacer lo que quieres hacer, casi que no va a importar la inversión; obviamente ayuda tener la accesibilidad de comer bien, que gracias a Dios la tengo, hay personas que me ayudan con eso también y estoy muy agradecido”, refirió.
LA PELEA EN TIJUANA: DESDE EL ANUNCIO HASTA LA VICTORIA
Competir en la UWC de Tijuana, México, fue un logro construido a base de motivación y esfuerzo. “Fue mi entrenador quien me dio la noticia”, relató, “primero me dio una pista, me dijo que otro del equipo iba a tener la oportunidad de viajar a México y participar en esta organización que se llama UWC, la cual es muy reconocida. Me dijo que estaba la oportunidad para mi compañero y me alegré mucho, me motivó y sabía que los entrenos se iban a poner más enfocados en ello”.
La semana siguiente su entrenador le dijo que aún había una bacante para David, misma que consolidaría su debut profesional. “Desde ese momento me entró mucha emoción, mucha alegría, no sé si instantáneamente, pero a los minutos se me salieron las lágrimas porque sabía que era una oportunidad grande y que había trabajado mucho para esto y era bien merecido”, manifestó.
Además de la emoción, el luchador sintió “un alivio y una gran satisfacción” de saber que existía una oportunidad. “A partir de ese momento empecé a entrenar con más intensidad y motivación sabiendo a lo que iba”, distinguió.
“HAY QUE CAMBIAR LA MENTALIDAD”
Con base en su experiencia, David distinguió que en Guatemala se debe cambiar la mentalidad de que es imposible vivir del deporte, y aunque mencionó que aún le falta recorrer un largo camino en el deporte, la meta es ser un ejemplo para otros jóvenes y demostrar que el éxito deportivo en el país es posible.
“Ahorita solo es el inicio, todavía falta mucho, estoy muy lejos de lo que quiero llegar a alcanzar, falta mucho que puedo hacer por el deporte de Guatemala, que ha sido una de mis metas más grandes, es una de mis motivaciones más grandes cambiar el deporte, cambiar la mentalidad de que Guate no puede; los sueños se pueden alcanzar, no solo en mi ámbito sino en todos. Guate tiene potencial, yo lo sé porque lo he visto, lo he experimentado y solo es de explotarlo”.
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No obstante, uno de los grandes sueños de David es llegar a ligas mayores como la UFC, pero agregó que siempre recordará a Guatemala y el apoyo que recibió de los connacionales. “Quiero llegar a la UFC, estoy seguro de que lo puedo hacer, es algo de mentalidad que se debe de juntar con trabajo duro y estoy dispuesto a hacer lo que sea”, aseguró.
Para David es importante compartir las historias de los profesionales, pues mencionó que también es un espectador de otros profesionales y reconoce que ahora él puede ser un ejemplo para los guatemaltecos.
“Esa mentalidad de que vivir del deporte no se puede es falsa. Sí se puede. No quiero que se escuche como de alguien orgulloso, es una realidad que se tiene que trabajar duro y esto no fue coincidencia, fue el trabajo duro de mucho tiempo”, concluyó.
* Con información de Miguel Barillas