El juicio al expresidente francés Nicolas Sarkozy concluyó ayer en París, tras un mes en que el tribunal examinó acusaciones de que violó leyes de financiamiento de campaña cuando se postuló a la reelección en 2012.
El veredicto se dará a conocer en septiembre. La fiscalía ha solicitado una pena de seis meses de cárcel, una sentencia suspendida de otros seis meses y una multa de 3,750 euros (4,468 dólares).
Sarkozy, quien ejerció la presidencia de Francia en 2007-2012, rechaza las acusaciones. Se le acusa de gastar casi el doble del monto permitido de 22.5 millones de euros (27.5 millones de dólares) en su campaña reeleccionista, que perdió ante el socialista Francois Hollande.
El juicio tuvo lugar después que en marzo Sarkozy, de 66 años, fue hallado culpable de corrupción y tráfico de influencias en un caso distinto. Sarkozy ha apelado ese fallo.
En sus conclusiones presentadas la semana pasada, la fiscalía afirmó que Sarkozy sabía antes del final de su campaña que el dinero para la gestión –estrictamente limitado por las leyes franceses– estaba casi agotado. Lo acusan de haber ignorado dos notas en que sus contadores le dicen que no debería acumular más gastos.
En lugar de ello, dicen, Sarkozy giró instrucciones de continuar con los egresos sin establecer un sistema de supervisión.
«Sarkozy es el firmante, es la única persona responsable del financiamiento de su campaña. Es el responsable de monitorear los gastos, cosa que no hizo», aseveró la fiscal Vanessa Perree.
Añadió que Sarkozy mostró «su intención de exceder el límite al organizar más mítines».