SAN DIEGO / AP
Dos putts cambiaron la carrera de Jon Rahm y le regalaron dos trofeos el domingo.
Primero acurrucó a su hijo Kepa, de 3 meses de edad, después de salir del green del hoyo 18 en Torrey Pines en su primera celebración por el Día del Padre. Después, alzó el trofeo de plata que lo acredita como el campeón del US Open después de una actuación apasionada y libre de errores que borró a la competencia.
Rahm consiguió un birdie desde 25 pies en el hoyo 17 para alcanzar a Louis Oosthuizen. Embocó otro putt de lado a lado desde 18 pies en el hoyo final para cerrar la ronda 4 bajo par con 67 golpes con uno de ventaja para alcanzar la victoria.
“Pequeño, no tienes idea de lo que esto significa en este momento», le dijo Rahm a su hijo en el campo de práctica cuando ganó. “Muy pronto lo sabrás”.
Rahm, de 26 años, es el primer español que gana el US Open, y finalmente alcanza el major que acompañe su enorme talento. Esta victoria lo convierte de nuevo en el número uno del mundo.
En la segunda vuelta muchos contendientes tiraron doble bogey y con un colapso del campeón defensor, Bryson DeChambeau, el último en caer fue Oosthuizen.
Abajo por un golpe, Oosthuizen se fue al cañón izquierdo del fairway en el hoyo 17 para terminar con bogey que lo dejó con dos golpes de desventaja, y luego falló el fairway en el par 5 del hoyo 18 que lo alejó de un posible eagle que hubiera forzado un playoff.
Se conformó con un birdie y un total de 71 golpes. Fue su segundo lugar seguido en un major, y su sexta medalla de plata desde que ganó el Abierto Británico en San Andrews en 2010.
Hace apenas dos semanas, Rahm estuvo cerca de otra gran victoria. Tenía una ventaja de seis golpes en el Memorial después de 54 hoyos cuando recibió la noticia en el green del 18 que había dado positivo a COVID-19 por lo que tuvo que retirarse.
Lo peor fue que sus padres habían viajado desde España para conocer a su nieto, y Rahm estaba aislado, por lo que no pudo estar en ese momento especial.
El domingo lo compensó. Sus padres estaban en Torrey Pines para ser testigos de una actuación estelar que culminó con uno de los grandes finales en la historia del US Open. Rahm terminó con 5 bajo para con 278 golpes.