El izquierdista Pedro Castillo rechazó ayer los pedidos de anular los comicios presidenciales de Perú por un supuesto fraude de su partido que, una vez computadas el 100% de las actas, terminó primero. Su rival, la derechista Keiko Fujimori, en tanto, no perdía las esperanzas de superarlo.
Los resultados se proclamarán una vez que el tribunal electoral resuelva la totalidad de los pedidos de nulidad que se han interpuesto, lo que podría demorar más de una semana, según expertos.
Las declaraciones de Castillo se realizaron horas antes de que la Oficina Electoral concluyera con el conteo de todas las actas, en las cuales suma el 50.125% de votos válidos por el 49.875% de Fujimori, es decir un margen de victoria del 0.25% y 44.058 votos.
Se sigue «llamando a querer tumbarse una elección, pero por nuestra parte no lo habrá», dijo Castillo en una declaración a la prensa internacional. El candidato saludó a quienes defienden el voto en favor de su candidatura que, dijo, representa a «aquellas poblaciones que nunca han tenido voz».
Más tarde, tras la culminación del conteo de las actas electorales, Castillo se proclamó ganador y escribió en su cuenta de Twitter: «Mi gobierno se deberá a toda la ciudadanía».
En otro lado de la capital, la derechista Fujimori dijo a cientos de seguidores que faltaba «lo más importante, que es la evaluación de las actas pendientes» por el tribunal electoral. «Sabemos que cuando revisen esas irregularidades lo más probable es que nos den la razón», añadió.
La mínima diferencia con la que Castillo supera a Fujimori ha provocado que políticos favorables a la candidata pidan anular las elecciones en las que, por primera vez, un maestro de los Andes accedería al poder.
En la víspera, Jorge Montoya, un militar retirado de un partido derechista que apoya a Fujimori y uno de los más votados al Parlamento unicameral, dijo en su cuenta de Twitter que la solución «más prudente» ante los ajustados comicios sería «anular y convocar a nuevas elecciones… para evitar la posible ingobernabilidad que se avecina».
Montoya añadió que el sistema electoral peruano «ha sido vulnerado por dentro y fuera, ya no brinda confianza» y que el presidente del Tribunal Electoral y el jefe de la oficina que cuenta los votos deberían «renunciar a sus cargos y asumir sus responsabilidades».
Según la ley, sólo se anulan las elecciones cuando los votos en blanco y nulos superan el 66% de los sufragios válidos o si se anulan las elecciones en zonas que representan al menos al 33% de los votantes. Ambas opciones no han ocurrido por lo que expertos creen que el pedido es «inviable».
Fujimori alargó la conclusión del conteo de votos de las elecciones del 6 de junio luego de que el miércoles pidió la anulación de unos 200.000 votos favorables a Castillo por «un fraude en mesa» supuestamente realizado por el partido del izquierdista.
La candidata derechista afronta un duro futuro en caso de perder. El lunes 21 de junio un juez revisará si ella permanece en libertad o vuelve a prisión preventiva mientras es investigada por un presunto caso de lavado de activos sobre el que un fiscal ha pedido encarcelarla por 30 años.
Al momento, el partido de Fujimori no ha presentado ninguna prueba sólida para argumentar su reclamo. Los miles de sufragios que la derechista busca anular provienen de zonas remotas y pobres del país que votaron de forma abrumadora por el izquierdista.
Ronald Gamarra, abogado del equipo de Castillo, dijo a periodistas que reconoce el derecho a impugnar los votos del partido de Fujimori, pero «lo que no se puede hacer es abusar del derecho con la idea torva de desconocer el derecho de más de 200,000 ciudadanos y ciudadanas que, durante 200 años de historia de la república, se les ha tratado de negar esos derechos».
El presidente interino Francisco Sagasti dijo el martes que la misión electoral de la Organización de los Estados Americanos (OEA) le comunicó que la primera vuelta presidencial y el balotaje del 6 de junio ocurrieron «sin manchas y sin problemas».
«No debemos precipitarnos, menos usar palabras totalmente indebidas como fraude», indicó Sagasti.
Quien gane los comicios gobernará por cinco años desde el 28 de julio.