El partido conservador de la canciller Angela Merkel derrotó de manera aplastante a la derecha extrema en una elección provincial considerada la última prueba de los partidos políticos alemanes antes de los comicios generales de septiembre.
La Unión Demócrata-Cristiana de Merkel ganó con el 36,2% de los votos en Sajonia-Anhalt, según proyecciones de la emisora nacional ARD.
Eso es más de seis puntos más que lo que obtuvo en las elecciones de hace cinco años en esa provincia de 2,2 millones de habitantes.
El partido derechista Alternativa para Alemania (AfD) obtuvo 22,5% según las proyecciones, una leve disminución con respecto a lo logrado en el 2016.
El AfD ha estado virando hacia la derecha en años recientes y su capítulo en Sajonia-Anhalt ha sido investigado por la agencia de inteligencia nacional debido a sus vínculos con grupos extremistas.
Si bien las elecciones en los 16 estados de Alemania suelen decidirse por temas locales, son vistos como termómetro del sentir nacional. Una victoria decisiva de la UDC es interpretada como augurio de que el nuevo líder Armin Laschet obtendrá apoyo de conservadores y centristas de cara a las elecciones nacionales del 26 de septiembre, cuando la UDC aspira a reelegirse en el poder pese al hecho de que Merkel no se postuló para un quinto período.
Los resultados, se confirmarse, también pueden ser interpretados como un indicio de apoyo del gobernador de Sajonia-Anhalt, Reiner Haseloff, que es de la UDC.
Haseloff, de 67 años y cuya popularidad atrajo a muchos votantes, ha descartado la posibilidad de llegar a un acuerdo con el AfD o con los antiguos comunistas hoy agrupados en el Partido Izquierda y que obtuvieron apenas el 10,9% de los votos en el estado.
Los socialdemócratas de centroizquierda también obtuvieron peores resultados que hace cinco años, con un respaldo proyectado de 8,4%, mientras que el Partido Verde aumentó su apoyo con 6,2%.
El partido proempresarial Demócratas Libres obtuvo 6,5% e ingresó a la asamblea legislativa local.
Haseloff expresó alivio de que los votantes prefirieron partidos establecidos y no a los extremos, afirmando que los resultados demuestran que «una gran, gran mayoría se decidió por la democracia y se alejó claramente de la derecha».
El AfD había hecho campaña oponiéndose a las restricciones impuestas por el coronavirus, y sus carteles electorales llamaban a la población a mostrar su «resistencia» en la votación.