En un discurso crucial durante su visita a Ruanda, el presidente francés Emmanuel Macron dijo hoy que reconocía la gran responsabilidad de Francia en el genocidio perpetrado en 1994 en el país centroafricano.
Macron habló solemnemente de cómo Francia les falló a las 800,000 víctimas del genocidio, pero no expresó una disculpa.
Francia «no fue cómplice» del genocidio, pero acabó por tomar partido por el «régimen genocida» de Ruanda y tuvo una «responsabilidad abrumadora» en los sucesos que desembocaron en las masacres, dijo el mandatario francés en el monumento recordatorio del genocidio en Kigali, la capital.
«Francia tiene un papel, una historia y una responsabilidad política en Ruanda. Tiene un deber: el de mirar la historia a la cara y reconocer el sufrimiento que infligió al pueblo ruandés al preferir el silencio en lugar de examinar la verdad durante demasiado tiempo», dijo Macron.
Cuando comenzó el genocidio, «la comunidad internacional tardó casi tres meses, tres meses interminables, en reaccionar y todos nosotros abandonamos a cientos de miles de víctimas».
Esos errores de Francia provocaron «27 años de distanciamiento enconado» entre los dos países, dijo. «He venido a reconocer nuestras responsabilidades».
A pesar de la falta de una disculpa, el presidente de Ruanda, Paul Kagame, elogió el «discurso poderoso» de Macron.
«Sus palabras fueron algo más valioso que una disculpa, fueron la verdad», dijo Kagame. «Éste fue un acto de tremendo valor».
Kagame y Macron indicaron que se había dado una vuelta de hoja en las relaciones bilaterales.
«Esta visita trata sobre el futuro, no el pasado», dijo Kagame, y añadió que discutieron una amplia gama de temas, como inversiones y apoyo a los negocios.
Macron dijo que abrían una «página nueva».
Tras su encuentro con Kagame al arribar por la mañana, Macron recorrió el sitio que recuerda la matanza de tutsis, la etnia minoritaria, a manos de extremistas hutu.