La representante Liz Cheney, quien recientemente fue destituida del liderazgo republicano en la Cámara de Representantes por contradecir al expresidente Donald Trump, criticó ayer a sus colegas del partido por restarle importancia al asalto del Capitolio federal y condonar las mentiras de Trump de que hubo fraude en los comicios de 2020, asegurando que son «cómplices» de socavar la democracia.
La republicana dijo en entrevistas televisadas que «no hay duda» de que podría repetirse un ataque como el del 6 de enero si no se refutan las declaraciones de Trump.
«Creo que es peligroso», advirtió Cheney. «Creo que debemos reconocer lo rápido que las cosas pueden venirse abajo. Debemos reconocer lo que significa para la nación el tener a un expresidente que no ha admitido su derrota y que sigue insinuando que nuestro sistema electoral no puede funcionar, que no puede hacer valer la voluntad del pueblo».
«No sólo hemos visto su provocación del ataque, sino también su rechazo a enviar la ayuda cuando era necesaria, su rechazo a decir de inmediato: ‘Deténganse'», añadió.
Al preguntársele en una entrevista por separado si cree que el líder republicano de la cámara baja, Kevin McCarthy, y la representante Elise Stefanik, quien reemplazó a Cheney como la tercera republicana de mayor rango en ese recinto, son cómplices al respaldar lo dicho por Trump, Cheney respondió: «Lo son».
«No estoy dispuesta a hacer eso», declaró. «Todos tenemos la obligación de oponernos a eso».
Stefanik, firme defensora de Trump, fue elegida el viernes al puesto de liderazgo por los representantes republicanos, después de que el miércoles votaron para retirar a Cheney. Stefanik tiene un historial de votación moderado, pero fue respaldada firmemente por Trump y otros líderes del partido.
En declaraciones ayer, Stefanik dijo que ahora los republicanos están «unidos» en su objetivo de vencer a los demócratas, y que Trump desempeña un papel clave en el éxito del Partido Republicano en el futuro.
«Él es el líder del Partido Republicano», dijo Stefanik. «Los votantes determinan al líder del Partido Republicano. Y siguen admirando al presidente Trump por su visión».
Cheney dijo el domingo que era indefendible que algunos colegas republicanos, como los representantes Andrew Clyde y Louie Gohmert, insinuaran la semana pasada que el asalto al Capitolio federal no representaba una amenaza real. Clyde lo comparó con «una visita normal de turistas».
«La idea de que esto fue de alguna forma un evento turístico es vergonzosa y despreciable», subrayó Cheney. «Y no voy a formar parte del encubrimiento sobre lo sucedido el 6 de enero. Nadie debería ser parte de ello. Y la gente debería rendir cuentas».
Dijo también que McCarthy debería testificar ante una comisión bipartidista que está investigando la revuelta porque cuenta con datos cruciales sobre el «estado mental» de Trump ese día, incluyendo si el presidente sabía que los actos estaban tornándose violentos y no hizo nada por detenerlos.
Cheney se presentó en «This Week» de ABC y «Fox News Sunday», y Stefanik habló en «Sunday Morning Futures» de Fox News Channel.