Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
La de ayer fue la muerte civil para Felipe Alejos. Cualquier institución bancaria que desee tener corresponsales en Estados Unidos se ve en una posición complicada para ofrecerle cuentas y/o tarjetas al diputado, por mencionar solo algunos servicios.
Sus socios se verán obligados a explicar las acciones que el jefe de TODOS pueda tener en algunas compañías y le puso una carga a los miembros de su familia, porque cada inversión que hagan requerirá extensas muestras que el dinero no proviene de las fuentes de la corrupción que tanto le gustan al diputado.
El mensaje para los gánsteres de cuello blanco del país debe ser claro: por mucho que tarde, las consecuencias llegan. El caso de Gustavo Alejos es un tanto distinto porque formalmente no ocupa posiciones de poder pero el efecto es el mismo, aunque el ex secretario de la presidencia de Colom ya se ha acostumbrado a operar con poder sin tener “el poder formal” y ahora lo debe hacer desde la informalidad más grande.
Los costos no habían sido solo para ellos sino para sus familias mismas y ahora estas decisiones de Estados Unidos y el Reino Unido, ponen una brasa en las manos de todos aquellos que usaron, pactaron y actuaron con Felipe Alejos en los planes para que las cosas en Guatemala regresaran a los pasados de impunidad.
Alejos fue central para poner dificultades a la lucha contra la corrupción, pactó con magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) para que le mantuvieran su antejuicio (no por gusto el hijo de Nery Medina fue candidato a diputado de TODOS) y tuvo que meter sus manos en la confección de los candidatos a reemplazar a a los magistrados de CSJ y Salas de Apelaciones.
Estados Unidos señala que incidió en la elección de Dina Ochoa y Luis Rosales y no precisamente lo acusan de hacerlo regalando plumas conmemorativas, sino con pagos a constructoras que utilizan la porosidad del sistema.
Su relación con algunos (léase algunos) empresarios sin duda los tendrá en jaque porque saben que corren el riesgo de ser descubiertos o de ser delatados. Sin duda alguna, más de alguien le ha dicho a Alejos que lo mejor es entregarse, contar lo que sabe y negociar.
Pone al Gobierno del presidente Alejandro Giammattei (aunque uno de sus ministros diga que no es cierto) en una complicada situación. Alejos fue aliado al inicio al punto que ayudó a sentar a Allan Rodríguez (famosa la foto cuando lo eligieron) y fue parte de los negocios. Luego algo pasó y se empezaron a pelear, al punto que el congresista hizo públicos sus desacuerdos lanzando ataques.
Con el afán de callarlo (al fin y al cabo sabe mucho), el Presidente transó y acordó darle migración pues Alejos lo veía como una forma de negocio pero además de darle en la torre a los americanos que lo habían sancionado.
El ex director del Instituto de Migración fue cesado del cargo por pedido de Giammattei, cediendo a las presiones de Alejos, y antes de irse Guillermo Díaz declaró que la encerrona que le hizo TODOS nunca la iba a olvidar.
Estados Unidos da pasos serios con el afán de atacar las causas estructurales que afectan la migración (operadores corruptos con vasos comunicantes a todo nivel son una de las causas), pero siempre seguirá haciendo falta el componente de NOSOTROS.
Lo que nosotros los guatemaltecos que entendemos, nos propongamos para nuestro futuro con los acuerdos que se necesitan para salir adelante, trazando rutas que nos permitan atacar las causas estructurales y sentar las bases para un futuro mejor en el que ofrezcamos mejores oportunidades en esta tierra, que debemos liberar de las pocas pero poderosas mafias.