Marco Tulio Trejo

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Soy periodista, comunicador social y un soñador creador de opinión pública, para hacer conciencia que permita mejorar los problemas sociales, económicos y políticos que nos aquejan y nos mantienen inmersos en una sociedad con pocas oportunidades de vida para las nuevas generaciones. Estoy convencido de la importancia que tiene la prensa, en el fortalecimiento de la democracia, para coadyuvar a la consolidación de un Estado de Derecho con una certeza jurídica y el lema de mi señor padre siempre fue: “la pluma no se vende, ni se alquila”.

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Marco Trejo
Unos de los temas que han generado muchas opiniones últimamente es el retorno a la normalidad de las clases en el sistema educativo nacional y privado. Muchos padres de familia no están de acuerdo porque se habla de que las escuelas y los colegios son lugares donde más foco de contaminación puede haber del virus Covid-19.

El Ministerio de Educación (Mineduc), habla de un retorno a clases con el uso de protocolos sanitarios estrictos, pero el dilema de todo este asunto es quién va a controlar que se den esos controles que evitarían que los alumnos se contagien de una enfermedad que ha causado temor y miedo alrededor del mundo.
Si bien es cierto la tasa de mortalidad del Covid-19 es muy baja, pero se han visto casos en los que niños han perdido la vida, ya sea porque no fueron tratados en las primeras 72 horas o bien porque tenían un problema hereditario como el asma, insuficiencia renal entre otras razones.

El Mineduc, ente encargado de la educación en el país, en estos 125 días que han transcurrido desde que se anunció el primer caso en el país, ha mantenido una postura muy opaca, no se ha pronunciado al respecto públicamente y eso ha generado la desconfianza entre la población guatemalteca que tiene que decidir en mandar nuevamente a estudiar a sus hijos o asumir la responsabilidad de que pierdan el año.

Algunas otras personas hablan de que debería de promoverse una Ley que obligue a las telefónicas para que den facilidades a los padres de familia para que tengan la conectividad a la tecnología, dando planes para escolares y que eso permita que los niños y niñas sigan recibiendo sus clases a distancia, tal como se ha dado desde el primer semestre del 2020.

Es importante ponerse a pensar que en Guatemala funcionan más de 200 colegios privados y un número parecido de escuelas públicas, los cuales cumplen una labor muy importante en la educación primaria, básica y diversificada, la cual ha sufrido un cambio muy severo en la forma como se hace en tiempos normales.

El otro aspecto importante es que los colegios son instituciones que funcionan por el aporte que dan los Padres de familia en la colegiatura y genera empleo indirecto a otros servicios tales como el servicio de transporte educativo, el cual está suspendido hasta nuevo aviso.

Esta colegiatura mensual permite que el equipo de trabajo de docentes tengan un salario y en algunos casos muchas instituciones estudiantiles, han tomado la decisión de separar de sus cargos, a muchos catedráticos, quienes ahora están pasando penas, porque se quedaron sin el ingreso que tenían para llevar los alimentos a sus casas. Es importante que el Mineduc tome la batuta de esta problemática que afecta a colegios, maestros y por supuesto al estudiantado que no puede perder la oportunidad de educarse.

Los más afectados han sido los niños y jóvenes que estudian en el sistema educativo nacional, quienes no tienen la misma oportunidad que tienen los del sistema privado y muchos expertos han manifestado que la educación va de mal en peor y que vamos a tener un par de generaciones de estudiantes con deficiencias y que esto viene a perjudicar grandemente a la población estudiantil que no saldrá bien preparada para enfrentar el campo laboral que exige una preparación más competitiva.

En Guatemala los índices de Desarrollo Humano señalan que todavía tenemos un 49 por ciento de analfabetismo, lo cual nos coloca en aprietos como sociedad, porque una población sin educación pierde muchas oportunidades en este mundo globalizado que se vive. Y lo más penoso es que no vemos un Ministerio de Educación que proponga o haga algo para mejorar la calidad educativa en tiempos de pandemia.

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