Por Ana Lucía González
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A la semana epidemiológica 12, es decir del inicio del año al 27 de marzo de este año, se contabilizan 7,842 casos de desnutrición aguda y cero fallecidos, de acuerdo con el Informe de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (MSPAS) actualizado.
Los cuadros comparativos durante el mismo periodo de 2020 y 2021 acumulados en el mismo periodo muestran que el año pasado se encontraban 9,429 casos, mientras que este año hay 7,842. Esto se refleja también en la reducción de la tasa: de 40.8 a 33.9 por cada 10 mil habitantes. Las cifras reportan una disminución de 17% respecto al mismo periodo del año pasado.
La mayor proporción de casos, de acuerdo al grupo de edad, se presenta en niños de 6 meses a menores de 2 años, principalmente en el grupo de 12 a 24 meses. (43.5%)
El mayor riesgo según departamento y las áreas de salud fue:
Escuintla (1,326 casos)
Alta Verapaz (897)
San Marcos (685)
Huehuetenango (598)
Retalhuleu (339)
Izabal (253)
Zacapa (132)
Así como los departamentos de El Progreso, Guatemala, Nororiente, Chiquimula, Sacatepéquez, Suchitepéquez y Guatemala central.
EL HAMBRE A PARTIR DE ABRIL
El calendario de cosechas anual también refleja que durante los meses de abril a agosto se caracterizan por el hambre estacional, donde ocurre un deterioro predecible y recurrente de la situación alimentaria y nutricional de los hogares más vulnerables. De allí que la desnutrición aguda infantil se utiliza como un indicador de la gravedad del impacto de este problema.
El periodo de hambre estacional puede extenderse debido a los efectos de El Niño/Oscilación del Sur, como también por la prolongación de la canícula, que provoca pérdidas en los cultivos de granos básicos, situación que afecta a los pequeños agricultores, principalmente del Corredor Seco, según el Plan para la Atención del Hambre Estacional 2020, elaborado por el Sistema Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SINASAN).
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OXFAM: CIFRAS DEBEN LEERSE APROPIADAMENTE
Para la semana 12, el reporte oficial en SIGSA indica que la reducción de casos reportados se atribuye como resultado de la implementación del cambio de fuente primaria de datos en el sistema (traslado automático de datos del cuaderno 5a al SIGSA 3); datos que aún no han podido ser verificados por las Áreas de Salud por encontrarse el país en crisis por COVID-19.
Iván Aguilar, coordinador humanitario de OXFAM, considera que las cifras deben «leerse» apropiadamente, puesto que 2020 mostró un incremento de casos muy fuerte hasta abril, debido al cambio en el método de registro. Es decir, datos sin verificar su calidad fueron incluidos.
Está pendiente que el MSPAS depure esos datos para excluir los registros incorrectos, por ello es difícil comparar series anuales después de 2020. En su experiencia, los datos de 2021 también enfrentan ese problema, debido a que no se tiene certeza de que se han excluido los registros erróneos. “Es imperativa esta depuración para disponer de series de datos que permitan hacer comparaciones e identificar si existe o no un incremento de casos de desnutrición aguda”, indicó Aguilar.
De 2015 a 2018 los indicadores anuales de desnutrición aguda mostraban una tendencia a la baja, hasta que las cifras se elevaron a partir de 2019 con 15,395 casos y una tasa de 66.6% por cada 10 mil habitantes.
La desnutrición aguda total en menores de cinco años, según año, número de casos y tasas anuales mostró una tendencia a elevarse a partir de 2019.