Por STEVEN WINE
MIAMI
Agencia (AP)
La llamada «Next Gen» (Próxima Generación) del tenis masculino sigue sin afianzarse.
Con Novak Djokovic, Rafael Nadal y Roger Federer ausentándose del Abierto de Miami, el torneo se prestaba como escenario ideal para el brillo de las nuevas figuras. En su lugar, al dar comienzo a la temporada en arcilla, el panorama es más difuso.
La final que Hubert Hurkacz (el 37mo del ranking) y Jannik Sinner (el 31) disputaron el domingo fue la primera de un Masters 1000 de la ATP desde 2003 protagonizada por jugadores fuera del Top 30. Hurkacz acabó convirtiéndose en el campeón con el ranking más bajo en una de las citas de la máxima categoría de la ATP desde 2005.
Miami acabó como una oportunidad desperdiciada para Daniil Medvedev, Stefanos Tsitsipas y Alexander Zverev, jugadores señalados para ganar títulos de Grand Slam. Ni siquiera alcanzaron las semifinales.
«Con los Tres Grandes ausentes, yo pienso que todos los chicos del NextGen trataron de ofrecer su mejor tenis, competir lo más fuerte más posible», dijo el polaco Hurkacz. «Espero que la gente pudo disfrutarlo».
¿Qué conclusiones pueden sacar los aficionados del tenis? Estos veinteañeros llevan bastante tiempo intentando eclipsar a los Tres Grandes, y nadie emergió como líder tras Miami.
Medvedev, como primer cabeza de serie de un Masters 1000 por primera vez, cayó en la cuarta ronda ante Roberto Bautista Agut. El segundo Tsitsipas se despidió en la misma etapa ante Hurkacz.
«Sentía que era mi oportunidad», dijo el griego Tsitsipas. «Había más margen para que yo pudiera haber hecho algo de más impacto».
Peor le fue a Zverev, el tercer cabeza de serie. El alemán perdió a las primeras de cambio ante Emil Ruusuvuori, número 83 en el escalafón.
El cuarto preclasificado Andrey Rublev, un ruso que lidera la gira con 20 victorias este año, alcanzó las semifinales, estrellándose contra Hurkacz.
Todo esto luego que Nadal y Federer declinaron viajar a Miami por culpa de lesiones. Djokovic se quedó en su natal Serbia en medio de la pandemia.
Para Hurkacz, de 24 años, el título es el más importante de su carrera, y el primero de un polaco en un Masters 1000. Pero no asomará entre los favoritos para el Abierto de Francia.
En resumen, ningún veinteañero se insinúa para bajar del pedestal a los treintañeros que han dominado tanto tiempo. Dominic Thiem conquistó su primer grande en el Abierto de Estados Unidos en septiembre, pero tiene una marca de 5-4 este año y también renunció a Miami.
«La próxima generación aún tiene que demostrar que puede ganarle a los Tres Grandes», dijo Sinner. «La próxima generación aún no está en condiciones de ganarles consistentemente. El momento llegará algún día, no sé cuándo. Pueden ser dos o cinco años. Lo ignoro. Pero el momento vendrá».
Quizás las consagraciones de Grand Slam se saltarán a una generación por completo y será alguien actualmente en sus años de adolescente que acabe desplazando a los Tres Grandes.
Sinner, un italiano de 19 años con un estilo de juego que se sustenta en bombazos desde la línea de fondo, dio un paso enorme en Miami, apenas su tercer Masters 1000.
Otro que irrumpió fue Sebastian Korda, un estadounidense de 20 años que alcanzó los cuartos de final antes de perder ante Rublev. Korda, el hijo del ex campeón del Abierto de Australia Petr Korda, es considerado como la mejor esperanza estadounidense de acabar con una sequía de 18 años sin títulos por parte de un hombre en las grandes citas.
Y es más paciente que muchos seguidores del tenis.
«Mis padres recalcan en ir paso a paso, lentamente», dijo Korda. «Se pueda jugar tenis por mucho tiempo, si te cuidas de las lesiones, durante 15 o más años. Hay gente activa hasta los 40. Tengo muchos por delante».
«Voy a seguir trabajando con humildad y ojalá que pueda llegar el día en el que emule lo que logró mi padre», añadió.
A Korda y Sinner les sobra clase y carisma, cosa idéntica con Medvedev, Tsitsipas, Zverev y Rublev.
«El futuro del tenis es fantástico, porque estamos en un cambio generacional», dijo Rublev. «Los chicos de la NextGen, son todos diferentes. Son diferentes a sus antecesores. Tienen el carisma».
Tienen el carisma, pero sin muchos trofeos.