Por SAMEER N. YACOUB y VIVIAN SALAMA,
BAGDAD
Agencia AP
En un discurso televisado, el presidente Fuad Masum dio a Haider al-Ibadi 30 días para formar un nuevo gobierno y presentarlo al Parlamento para su aprobación, manifestando su esperanza de que lo logrará.
Al-Ibadi, quien prometió formar un gobierno «que proteja a los iraquíes», fue nominado por la Alianza Nacional Iraquí, una coalición de partidos chiíes de la que forma parte el Estado de Derecho, el partido de Al-Maliki, pero que al final se volvió en su contra.
El bloque de Al-Maliki, dominado por chiíes, ganó la mayoría de lugares en el Parlamento en las elecciones de abril, y el primer ministro se veía con derecho de mantenerse en el cargo. En horas de la madrugada, Al-Maliki pronunció un discurso donde culpó al presidente Masum de impedir su designación como primer ministro y dijo que presentaría una demanda contra el mandatario por no nombrarlo.
Los críticos dicen que Al-Maliki, un chií, contribuyó a la crisis al monopolizar el poder y buscar una agenda sectaria que dejó fuera a las minorías suní y curda.
La nominación de Al-Ibadi sucedió horas después de que Al-Maliki desplegara sus fuerzas de élite en las calles de Bagdad, cerrara parcialmente dos importantes calles —lugares donde comúnmente se hacen marchas a favor y en contra del gobierno— y mientras cientos de sus partidarios salieron a las calles.
«Estamos contigo Al-Maliki», gritaban y ondeaban carteles con la imagen del primer ministro saliente.
Mohamed al-Ogueili, legislador de la lista de Al-Maliki, rechazó la nominación de Al-Ibadi por considerarla un «acto anticonstitucional» porque el partido del primer ministro saliente es el bloque de más peso y la Alianza Nacional no tiene derecho de presentar a ningún candidato.
«Esta decisión podría llevar al país a un gran problema y el Presidente carga con toda la responsabilidad por esta situación», dijo a The Associated Press.
También el lunes, autoridades estadounidenses informaron que el gobierno de Barack Obama, que la semana pasada bombardeó a milicianos en apoyo a los curdos y las fuerzas iraquíes que enfrentan al Estado Islámico, comenzó a entregar armas directamente a las fuerzas curdas, las cuales ya están teniendo avances contra el grupo escindido de la red terrorista al-Qaida.